El Salmo 39: 6 dice: “Ciertamente
como una sombra es el hombre, ciertamente en vano se afana; Amontonan
riquezas, y no sabe quién las recogerá” Como lo describe este Salmo
tristemente esa es la vida del hombre, corre, se angustia, se afana por
adquirir los bienes materiales y gran parte de su tiempo lo invierte en ganar
sus batallas y sobresalir, están ocupados o distraídos con las cosas que los
agobian, los problemas, en los que les hace falta y quisieran adquirir o tantas
otras cosas porque no se sacian, al final nada se llevarán, ni sabrán en manos
de quien quedarán. Y nunca se percatan que a su alrededor hay personas que
están necesitando urgentemente de una palabra de consuelo, y que tú puedes ofrecer algo que ellos están
necesitando.
Estamos viviendo en
una época difícil donde cada uno lucha por su bienestar y beneficio sin tomar
en cuenta a Dios, o pasan por encima de los demás para alcanzar sus objetivos,
cada persona procura solucionar sus problemas y necesidades, y luchan para
combatir el pecado, vicios,
delincuencia. Donde podemos ver niños que a su corta edad están en un mundo
lleno de corrupción y perdición sexual, porque los afanes de la vida los
arrastran a todas esas cosas, y lo más lamentable es que el pueblo que se percata de esta necesidad, no hace nada por
cambiarlo, han enceguecido su entendimiento para clamar y alzar sus ojos al Señor y Dios venga en su ayuda.
Hoy Dios está demandando de su pueblo un nuevo despertar que
salgan de esa indiferencia, de esta situación tan dolorosa, porque Dios
demandará de ti por lo que pudiste hacer y no lo hiciste. Tenemos que cambiar
esta mentalidad tan mezquina y egoísta, Dios está dolido con el proceder de
ellos, porque buscan su bienestar sin
importar la suerte de los demás.
En su palabra encontramos el ejemplo a seguir de un hombre
llamado Nehemías, que no fue indiferente ni egoísta a la necesidad que tenía su
pueblo, sino por el contrario sintió dolor por la condición en que este se
encontraba. Este hombre no solo se preocupaba por sus necesidades y
preocupaciones, que estoy segura debían de ser muchas. Este varón aunque estaba fuera de su nación, en
Susa, capital del reino, siempre estuvo pendiente de la suerte de su pueblo. La
Biblia dice que se presentó Hananí, unos de sus hermanos, con algunos varones
de Judá y les preguntó por los judíos que habían escapado y quedado de la cautividad,
y por Jerusalén, y este varón le contó
la condición tan lamentable que se encontraba esa provincia y de dice: “El remanente, los que quedaron de la
cautivad están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén estaba derribado,
y sus puertas quemadas a fuego” (Nehemías 1: 3). Este muro representaba la protección de su
pueblo, y derribado este muro, ellos estarían desprovistos para el ataque del enemigo, serían presa fácil
para ser aniquilados.
Cuando Nehemías escucha
estas palabras, se sentó y lloró e hizo duelo por algunos días y ayunó
y oró delante del Dios de los cielos. Él clama y le dice: “Te ruego, oh Jehová, Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el
pacto y la misericordia a los que aman y guardan sus mandamientos” (Nehemías 1: 5) Este siervo tenía bien claro, quien
era el Dios a quien clamaba, conocía que era un Dios de pactos y que tiene
grandes promesas para aquellos que se atreven a creerle y confían, Dios no
cambia y su trono es inamovible, además tiene el control de todo, este hombre
pudo discernir que este era el momento de tocar el trono de Dios para que fuera
movido a su favor y misericordia por las almas que estaban en gran afrenta y
cautividad.
Nehemías acostumbraba a orar a Dios mientras llevaba a cabo sus tareas y con esta
oración muestra el grado de intimidad o relación que tenía con su Dios y le
declara: “Esté ahora atento tu oído y
abiertos tus ojos para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de
ti día y noche, por los hijos
de Israel, tus siervos; y confieso los pecados de tus hijos de Israel que hemos
cometido contra ti; si, yo y la casa de mi padre hemos pecado. Acuérdate ahora
de la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo
os dispersaré por los pueblos; pero si os volviereis a mí, y guardareis mis
mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta
el extremo de los cielos, allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí
para hacer habitar allí mi nombre (Nehemías 1: 6 y 8).
Con esta oración efectiva Nehemías dejó claro que su
comunicación con Dios era constante
día y noche, logró conocer que el
poder de Dios es derramado cuando realmente se siente dolor por las almas angustiadas,
esa era su prioridad y necesidad, el pecado de su pueblo. Yo me pregunto, ¿Siente usted el dolor por la
condición tan lamentable de esta humanidad?, ya que hoy el pecado ha subido
hasta los cielos como le sucedió a Sodoma y Gomorra, que su pecado subió a los cielos, y hoy
lamentablemente no hay mucha diferencia con ellos, donde la dignidad y los
principios de la mujer se han degradado, han perdido el pudor y respeto por su
propio cuerpo, se visten tan inmoral que no dejan nada para la imaginación, de
esta manera venden sus cuerpos, los niños a su corta edad entran en el homosexualismo,
drogadicción y alcohol, hombres y mujeres cautivos en la pornografía, los
matrimonios en adulterio
porque esto les parece normal, y tantas cosas que entristecen mi alma cuando
las veo y escucho, hoy los valores se han perdido, tristemente es así, porque
no conocen ni le temen al Señor.
El cristiano muchas veces se engaña creyendo vivir una vida
espiritual madura, creen estar haciendo la voluntad de Dios, porque sirven en el templo o tranquilizan
sus conciencias ofrendando grandes
cantidades de dinero o porque somos fieles
con los diezmos, y no digo que esto sea malo, porque también es un
mandamiento de Dios que hay que cumplir, porque así Dios lo ordenó. Pero hoy veo mucha indiferencia con algo que
Dios también ordenó en Marcos 16: 15 “Y les dijo: Id por el mundo y predicad
el evangelio a toda criatura” Hoy Jesús está demandando lo mismo de cada
uno de nosotros, esta palabra no solo fue para sus discípulos, hoy esta palabra
está vigente para su pueblo, id y predicad el evangelio, Dios se duele y nos reprocha
tanta indiferencia, ya no hay dolor en el pueblo cristiano, como el que sintió
Nehemías por su pueblo despatriado, en cautividad y en gran afrenta.
A pesar del tiempo tan difícil en que vivimos el pueblo no se
ha percatado de la necesidad que tiene de Dios, la prioridad del cristiano no
está en orden, por el contrario están tergiversadas. Algunas iglesias están más
preocupadas por tener templos llenos de
personas que al no tener el pleno conocimiento de lo que debe ser un hijo de
Dios ignoran cuáles son sus deberes
y derechos,
porque ellos llegan sin el conocimiento real de lo que es Dios, por eso después
de haber llegado se van vacíos, tal vez
con más dolor y mucho más lastimados de lo que entraron, no son edificados no
tienen una persona a su alrededor que los consuele, enseñe, instruyan
y los puedan guiar para salir de sus temores,
dudas, dolores, rechazos
y problemas, a estas
iglesias sólo las mueve el dinero, se olvidan que Dios es un Dios prospero, que
da más de lo que le pedimos, y que su prioridad es que las almas sean salvas, transformadas y consoladas.
En lo que estas iglesias predican no hay
vida, van en pos de las añadiduras y tampoco van a la presencia de Dios cada
día como si lo hacía Nehemías para que las almas tuvieran buen pasto verde y
aguas frescas para saciar la sed que traen por los golpes de la vida, y su
crecimiento sea integral: Espiritual, físico y económico,
esta es la voluntad perfecta de Dios. La
única manera que haya fiesta en los cielos es cuando un alma se convierte y se
arrepiente de sus malos caminos pero la iglesia crece tanto que no hay manera
de evangelizar y guiar al pueblo de Dios en sus temores y problemas.
Desde los tiempos antiguos Dios se reveló a su pueblo a
través de los profetas para que su palabra fuera revelada y así fueran
enseñados en lo que realmente quería para ellos, por este motivo el profeta
Isaías fue uno de los que tuvo esta oportunidad tan maravillosa y dijo: Isaías 61: 1 “El Espíritu de Jehová el Señor
está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha
enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de
corazón, a publicar libertad a los
cautivos, y a los presos apertura de la cárcel” No debemos ignorar que el mundo vive en
prisiones con cadenas perpetuas donde satanás los ha esclavizado, vendado,
oprimido, desanimado y quebrantado
y el pueblo de Dios que conoce la verdad absoluta está dormido, desapercibido,
se mantienen visitando la iglesia domingo a domingo, trayendo cada uno sus
problemas y peticiones sin percatarse que tienen una persona a su lado
necesitando una palabra de consuelo o un
abrazo, indiferentes al dolor, al sufrimiento de las personas que vienen heridas o de los que probablemente irán al
infierno. No hay un valiente que se pare en la brecha, que crea y le arrebate
esas almas al diablo, no temas en servirle a Dios, mientras tú haces su obra él
se encargará de resolver todos tus problemas
y necesidades.
La iglesia del Señor la hemos convertido en un club social
para hablar sobre la última moda,
el vehículo de último modelo que
compran, las últimas marcas de
cartera y zapatos mientras Jesús llora por la indiferencia total de un
pueblo que Satanás lo mantiene distraído en esas vanidades. Como decía salomón
Eclesiastés 1: 2 “Vanidad de vanidades,
dijo el predicador; vanidad de
vanidades, todo es vanidad”. Quiero decirte mi hermano que los ángeles del
cielo desearían tener ese privilegio que tenemos nosotros de salvar las almas y
predicarles que Cristo viene pronto, que se arrepientan, que busquen a Jehová
mientras pueda ser hallado
porque vendrá el día que las puertas se cerrarán, como el día de Noé, entonces
allí será el llorar y el crujir de dientes. Tenemos
que contarle al mundo los planes de Dios para sus vidas que no quiere
que ninguno se pierda, sino que todos lleguen al arrepentimiento. ¿Pero cómo conocerán de un Dios amoroso, si
no hay quien les predique?
Cuando está el anhelo de evangelizar, Dios te provee las herramientas, te dota de sabiduría, el Espíritu
Santo te revelará que decir para que cumplas sus planes y propósitos. A Nehemías lo proveyó a través del Rey
Artajerjes, Dios permitió que este rey viera la tristeza de este siervo y le
pregunta ¿Por qué está triste tu rostro? Y
él le cuenta la situación de su pueblo y le dice: ¿Cómo no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros de mis padres, está
desierta, y sus puertas consumidas por el fuego? Este hombre no halló obstáculo alguno, cuando
Hananí le comenta la situación de su pueblo, él no buscó excusas, que era un
hombre muy ocupado, se puede imaginar su cargo y su labor, servir a un rey con
todas sus exigencias, él le servía de copero al rey, pero esto no fue
impedimento para Nehemías. Ya su oración
al altísimo había sido escuchada. Estas
son las oraciones con propósitos, y con una motivación indicada para que Dios
abriera las puertas de los cielos y la hace efectiva de inmediato. El
rey le dice: 2: 4 “¿Qué
cosas pides?” Pero Nehemías no quería hacer las cosas a su
manera, porque podía equivocarse, él tenía que pedir primero la dirección al
Dios del Universo. No como hacen algunas personas, actúan y después oran, y
luego se molestan, y se quejan si las cosas no salen como ellos desean, luego
le echan la culpa a Dios.
Nehemías tenía a Jehová a su favor y cuando oró al Dios del cielo fue bendecido
y además logro que Dios tocara el corazón del rey Artajerjes; Nehemías fue
enviándolo con agrado; Cuando estamos en sus propósitos y hacemos la voluntad de
nuestro padre no habrá nada que pueda impedir que la puerta se abra de par en
par, para que restaures las almas, y los altares caídos vuelva a levantarse para Dios.
¿Qué estás haciendo tú por las almas perdidas?
Nehemías le pide al rey que le suministrase cartas para los
gobernadores, para así evitar que le franqueasen el paso hasta que llegara a Judá y para
Asafat guardián del bosque para que le diera madera para restaurar las puertas
y el muro. Él pensó en todo, Dios le dio a este varón inteligencia y sabiduría
para las estrategias, que todo quedara de excelencia porque estaba trabajando
para un Dios de Excelencia. Nehemías
tenía claro que la mano de Dios estaba en el asunto y le dio la gloria
en todo, él dijo: “Según la benéfica mano de
Jehová sobre mi”
Este hombre no solo tenía ese fuego y esa pasión por Dios y
las almas, sino que animaba al pueblo a tener esa misma pasión y a reedificar los muros.finalmente superó todas
las dificultades. “Nehemías 2: 17 “Les
dije: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus
puertas consumidas por el fuego;
venid, y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio” él demostró cualidades de liderazgo
notables: una oratoria apasionada,
oración, organización, resolución,
confianza en Dios. Nada podía
impedir que lograra sus metas y objetivos, él no se sentó a escuchar las voces
de desaliento. Cuando Sanbalat se enteró
los planes de Nehemías se enfureció y dijo: 4: 2 “y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria, y dijo: ¿Qué
hacen estos débiles Judíos? ¿Se le
permitirá volver ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día? ¿Resucitarán de los montones del polvo las
piedras que fueron quemadas? Ninguna otra persona da información tan clara
acerca de cómo se “vive ante la presencia de Dios” Él no se desalentó por estas
palabras por el contrario, él sabía que la mano de Jehová estaba sobre él, y
enfrentaría al gigante por muy grande que este fuera. Nehemías quería agradar a su Dios, y subía de noche por
el torrente y observó el muro, y a nadie le declaró sus planes. Cuando usted tenga planes confiéselos solo a
Dios, porque muchos querrán que abortes tus sueños y deseos. Satanás usará la boca de esas personas para
decir que tú no eres capaz, que esto será imposible. Pero hay
algo importante, tenemos que conocer las estrategias del enemigo para poder derribarlo.
Este varón ni a sus oficiales que eran personas de confianza les reveló sus
intenciones y deseos, tenía claro lo que deseaba, entendió que con la ayuda de
Dios él quitaría el oprobio de su pueblo.
Siempre que te levantes para clamar y hacer planes por un mundo
cautivo, en ruina, siempre se levantará un Sanbalat con palabras de críticas y
de desaliento para detenerte y cierres tu boca para que no libertes al
cautivo. Toma el ejemplo de Nehemías
fue al trono de Dios, al Guerrero de guerreros y clamó 4: 4 “Oye oh Dios nuestro, que somos objeto de su
menosprecio, y vuelve el baldón (Afrenta u Oprobio) de ellos sobre su cabeza, y
entrégalos por despojos” De esta manera animó y dio valor al pueblo enseñándoles
que las fuerzas no estaban en él, o en ellos, sino en Jehová de los ejercito, y
así continuar su propósito. Y la
muralla fue construida.
Cuando venga el temor para ir a predicar su palabra recuerda
que nunca estás solo, él siempre te acompañará: Isaías 45: 2 “Yo
iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de
bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos” Él es capaz
de utilizar a personas para realizar su obra, y para bendecir tu vida y la de
su pueblo.
Nehemías y Esdras fueron hombres de ejemplo que enfrentaron
dificultades pero ellos no se amilanaron, tan grande era el amor por su pueblo
que lucharon aun exponiendo sus vidas para realizar la misión que Dios les
había encomendado. Y le hablaron al pueblo 4:4 “No temáis delante de ellos; acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros hermanos,
por vuestros hijos, por vuestras mujeres y por vuestras casas.
Dios hoy busca a hombres y mujeres que se esfuercen y sean
valientes, que amen su obra, y sientan el dolor por aquellos que un día él
derramó hasta la última gota de su sangre, para que fueran salvos. Estos hombre
se volvieron valientes y esforzados en 4: 17 “Y los que edificaban en el muro,
los que acarreaban y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y con la otra tenían
la espada” Él demandará de ti aquellas almas que tuviste la oportunidad
de predicarles y no lo hiciste. Dios
sabe que no es fácil, el mundo te
conduce a sus redes y te hace prisionero de ellas. Pídele que te de las
fuerza, que puedas ver con sus ojos y sentir con su corazón, y tú verás la vida
de una manera diferente y entonces podrás hacer como Nehemías 4: 9 “Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa
de ellos pusimos guarda contra ellos
de día y de noche” Como sabemos satanás no duerme por esto es necesario
estar en su presencia y poder impedir que el enemigo nos destruya y dañe los
propósitos y de esta manera las personas desearán imitarte, anhelaran tener lo
que tú tienes. Tan grande era el anhelo de luchar por su pueblo y familias que
estos hombres no se quitaron sus vestidos, cada uno se desnudaba solo para bañarse. Seduce a esta juventud
a conocer a Cristo, como decía el
profeta Jeremías “Me sedujiste y fui
seducido” “fuiste más fuerte que yo”
No hay tiempo que perder, mañana puede ser demasiado tarde para un alma
que se pierde, por eso el expresa “buscad
a Jehová mientras pueda ser hallado”
Cuando él te llama te capacita y te da las armas poderosas
con las que puedes vencer a tu enemigo y le digas como Nehemías en 8: 9 “Ahora pues, oh Dios, fortalece tú
mis manos”. Esfuérzate, y pon
valor, recuerda en Lucas 9: 1, 2 “Reunió
a sus 12 discípulos, les dio PODER y
AUTORIDAD sobre todos los demonios y
para sanar enfermos, y los envió a el reino de Dios” Hoy el te ha otorgado
ese mismo poder y autoridad, solo está esperando que tomes tu posición en el
reino de Dios y arrebates las almas perdidas.
Para hacer esto solo se necesita un ingrediente: EL DOLOR POR LAS ALMAS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario