17. CONOCER LA BENDICIÓN DE DIOS EN SU PLENITUD

El salmo 24: 3, 5 nos revela una verdad contundente que comienza con una pregunta y al mismo tiempo se provee de una respuesta, que te hará entender qué es lo que realmente quiere el Señor que el hombre haga para conocer la bendición de Dios en su plenitud “¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que no ha elevado su alma a cosas vanas, ni jurado con engaño. Él recibirá bendición, y justicia del Dios de salvación”

Experimentar la plenitud de la bendición de Dios es una de las experiencias más extraordinarias que pueda vivir el ser humano. Las palabras serían insuficientes para describirla. La Biblia dice que la bendición de Dios es la que enriquece y no añade tristeza con ella, porque todo lo que ofrece el mundo y satanás añaden no solo tristeza, sino muerte. Esa bendición que el Señor trae a tu vida te asegura la victoria, la paz, la provisión, la sabiduría, la sanidad y la prosperidad, además nos garantiza que toda maldición y derrota quedan sin poder ni autoridad. Ahora que cuando nos esforzamos por tener un corazón puro, manos limpias, y no rindes tu alma a cosas vanas y no hay engaño en ti, entonces todas estas bendiciones el Padre Celestial las hará una realidad en tu vida.

Conocer esta verdad tan extraordinaria hace que el temor, la inseguridad, el dolor desaparezcan, porque tienes la protección de Jehová, la Sangre de Jesucristo nos hace blindados contra las maquinaciones del enemigo y además somos escoltados por sus ángeles para que nos guarden y que ninguna arma forjada contra nosotros prospere, como dice el salmista “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen  y los defiende”, cuando tu vida se alinea con su Palabra entonces su Espíritu Santo nos trae visión y fortaleza. Cuando el hombre toma la decisión y la determinación de buscar y obedecer a su creador, automáticamente se activa la bendición de Dios como dice Isaías 44: 3 “Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; y mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos”. La vida del hombre está completamente vacía y seca cuando le falta la presencia y la bendición de Dios, que es la que permite al ser humano escalar hacía la bendición integral y promete hacerla extensiva a tus generaciones (Hijos, nietos y bisnietos).

La Biblia dice que Dios probó a Abraham y este le respondió: ¡Heme aquí! Y le dijo: “Toma ahora tu hijo, tu único, Isaac, a quien amas, y vete a tierra de Moriah, y ofrécelo allí en holocausto sobre unos de los montes que yo te diré” (Génesis 22: 2) No fue fácil para este hombre aceptar este mandato de Dios, sacrificar su hijo a quien amaba profundamente y era el hijo de la promesa, pero Dios se lo había dado y él mismo tomaría el control, por lo tanto confió y obedeció sin entender lo que Dios le pedía. Y cuando su hijo le pregunta “he aquí el fuego y la leña; más ¿dónde está el cordero para el holocausto? Abraham con la  confianza en su Dios le responde: “Dios se proveerá de cordero para el holocausto, hijo mío” Abraham le probó a Dios su amor, fidelidad y obediencia y se hizo acreedor de las bendiciones de Jehová. La Biblia relata que automáticamente Dios envió su ángel con órdenes específicas para bendecirlo. “Y llamó el ángel de Jehová por segunda vez desde el cielo, y dijo: Por mí mismo he jurado, dice Jehová, que por cuanto has hecho esto y no has rehusado tu hijo, tu único hijo; de cierto te bendeciré, y multiplicaré tú descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar, y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente  (Jesús) serán benditas todas las naciones de la tierra, por cuanto obedeciste mi voz” (Génesis 22: 15, 18), o sea que a través de Jesús serían benditas todas las naciones donde estamos incluidos tu y yo, solo necesitamos: amarlo, obedecerlo y someterse a él, entonces se cumple la promesa que está en Deuteronomio 28: 12 dice: “Te abrirá Jehová su buen tesoro, el cielo, para enviar la lluvia a tu tierra en su tiempo, y para bendecir toda obra de tus manos. Y prestarás a muchas naciones, y tú no pedirás prestado

Estos pasajes de Génesis y  Deuteronomio nos revelan que cuando hay el conocimiento pleno de lo que Dios desea del hombre como son: la obediencia y el sometimiento a su gobierno, automáticamente la bendición de la libertad espiritual, física y económica se activan, anulando todo decreto de miseria, pobreza, enfermedad, ahora somos libres y prósperos, como dice Colosenses 2: 14 Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellas  en la cruz” además añade “Ya que Jehová tu Dios te habrá bendecido, como te ha dicho, prestarás entonces a muchas naciones, más tu no tomarás prestado; tendrás dominio sobre muchas naciones, pero sobre ti no tendrán dominio” esta obediencia también se aplicará sobre ti para poder gobernar y para ejercer autoridad sobre los principados, potestades, así como fue decretada al pueblo de Israel, de la misma manera lo hace hoy sobre ti, cuando conoces y te apropias de esta verdad, que es mejor agradar y obedecer a Dios, más que al hombre o a ti mismo.

Muchas personas se preguntan ¿Cómo asegurar la bendición de Abrahán? Estas bendiciones sólo se pueden asegurar a través de Jesús, quien nos compró a precio de Sangre y a través de ella, nos libró de la maldición de la ley y se hizo maldición en lugar nuestro. Las Escrituras dice: “Maldito es todo aquel que es colgado en un madero”, lo que significa que en su cuerpo y por su sangre la bendición de Abrahán alcanzó a todas las naciones y mediante la fe recibiésemos el Espíritu prometido (Gálatas 3: 13, 14) como también a través de la obediencia y la fe que sin ellas es imposible agradar a Dios.

Cuando una persona acepta a Jesús como su único salvador, de inmediato adquiere todos los derechos comprados a través de la muerte de Cristo, es allí donde se cumple que Jesús nos redimió, nos libertó y nos compró por un precio muy alto, el más alto de todos, a precio de Sangre pura, santa e inocente, y automáticamente se hizo maldición por nosotros. Ahora eres libre de toda cadena, y tú al instante necesitas cambiar tus pensamientos acerca de ti mismo. Para lograr esta bendición le es necesario al hombre renunciar a todo pensamiento negativo, de maldad de esclavitud y de pecado, y sea renovado por la gracia de Jesucristo, para que empiece a caminar bajo la misericordia, gracia y amor del Señor, o sea a una mejor vida, y lo más hermoso es que mi Señor no limita esta bendición a ninguno que se acerca a él, no hace acepción de personas, no hay cultura, condición, raza, ni color que pueda detener la bendita Palabra de Dios en el ser humano.

Por tanto desde hoy comienza a creer y a decretar que tu eres una persona bendecida, con éxitos,  victorias, con salud, prospera, con paz familiar, y con el gozo verdadero, la misma palabra te bendice y bendecirá tus generaciones, además tenemos que tener claro que cuando Cristo entra a la vida de una persona, el pasado ya no importa, desde el momento que Cristo hace parte de tu vida tienes todo el derecho legal de ser bendecido en todas las áreas de tu vida.
El poder de la redención de Cristo nos otorga regalos como son:

1)  Salvación
2)  Le quitó todo poder a satanás sobre tu vida y generaciones
3)  Salud Divina
4)  Liberación de la maldición de la pobreza
5)  Redimió del dolor
6)  Jesús llevo tu vergüenza
7) A través de sus clavos en la cruz, recuperó la oportunidad de     conquistar y poseer.
La muerte de Jesús en la cruz, es el regalo más grande que el mundo recibió, por tal motivo debemos valorar y esforzarnos para ser merecedores de esa gracia y bendición. Otra cosa que debemos tomar en cuenta para nuestra bendición es confesar los pecados, si desnudamos y avergonzamos la carne exponiéndola, alcanzaremos su misericordia, Proverbios 28: 13 dice: “El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia” Dios no ignora esas debilidades, solo que él desea y espera que los confieses para ir en tu ayuda, porque de inmediato la fuerza maligna que le hizo pecar queda atada y sin poder.
Existen pecados y errores cometidos en el pasado, como recuerdos que te enlazaron, por ello es necesario llevarlos a la cruz para nunca más codiciarlos. El Salmo 19: 12 “¿Quién podrá entender sus propios errores? Líbrame de los que me son ocultos” por lo general a todos nos enseñaron esconder los errores y pecados, pero cuando conocemos el poder de la liberación aprendemos a confesar nuestro errores sin que nos avergüencen y somos libres para siempre. Sólo alimentándonos de la Palabra de Dios podemos vivir fuertes, seguros y sin pecar.
Nuestra vida está predestinada para alabar, bendecir y  honrar a Dios y jamás para el pecado, satanás quiere que el hombre sea atado y cautivo para que crezca en desordenes emocionales en la parte sexual. La mayoría de los niños que pierden su amor por sí mismos es porque son abusados sexualmente, entre las edades de uno a quince años. Cuando esto sucede ellos como consecuencia adquieren conductas perversas en el área sexual, algunos terminan en el camino del homosexualismo y del lesbianismo rechazando el sexo conforme al orden de Dios, pierden el respeto a la dignidad de la vida y crecen solos, tristes y sin amor.
Cuando el hombre es liberado de esos desordenes, podrán disfrutar el sexo como una bendición de Dios dentro de orden del matrimonio. Millones de enfermos sexuales hoy día viven en hogares como personas normales, muchos de ellos son mayores de edad, tiene sus casas y trabajos, aparentan normalidad, pero sus vidas son un completo infierno, porque les hacen daño a las personas que quieren, pero sus ataduras son más fuertes que su amor.
Por ello es necesario que declare estas palabras en el nombre de Jesús para que conozca el amor de Dios en su plenitud y seas libre de toda atadura, cadenas y maldiciones generacionales.
Renuncio  a toda maldición de maltrato sexual desde los primeros años de mi vida hasta hoy.
Renuncio a todo recuerdo traumático, violaciones y experiencias enfermizas en el área sexual.
Renuncio a experiencia de homosexualismo, de lesbianismo y a toda concupiscencia en el área sexual.
Renuncio a la pornografía, a todo deseo sexual desordenado, al adulterio, a la fornicación, a la lascivia y todo tipo deseo perverso.
Renuncio a ver el sexo con miedo y a toda conducta de rechazo al modelo establecido por Dios en el matrimonio.

¡Aleluya!

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