Cuán difícil es para una persona animarse a caminar
sobre las aguas cuando está atravesando el mar de dificultades, cuando la
tormenta azota y las olas son tan grandes que no te permiten ver a Dios al otro
lado para darte reposo y descanso. Por los general las crisis
o las circunstancias te llenan de angustias,
temores, te hacen perder la fe y la confianza en Dios olvidando sus
promesas, haciéndote creer que estás solo, cuando su Palabra dice todo lo
contrario que estaría con nosotros todos los días de nuestra vida. Mateo 28: 20
“Y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del
mundo” Pero la persona cuando está atravesando por el valle de la
aflicción olvida fácilmente que solo en Dios está su ayuda y descanso.
El Salmista David tenía bien claro esto, podía acudir
confiadamente a su Padre Celestial en los momentos más duros y difíciles,
cuando se sentía amenazado,
con ansiedad, con temor él le decía a su alma “Alma mía, en Dios solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. El solamente es mi roca y mi salvación. Es
mí refugio, no resbalaré. En Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios
está mi roca fuerte, y mi refugio. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos; Derramad delante de él vuestro corazón;
Dios es nuestro refugio” (Salmo 62: 5, 8). En este salmo David describe
como debes afrontar y calmar tus tormentas, él halló solamente en Dios su refugio, su roca fuerte,
porque se sentía firme y seguro para no resbalar, y su salvación y su gloria que era la presencia contundente de Dios en
su vida, en los momentos que se
encontraban amenazados pedía al pueblo derramar
su corazón a Jehová, se repetía continuamente que Jehová era su refugio, y Dios nunca los
avergonzó, siempre fue su oportuno socorro. Cuando depositas tu confianza y
refugio solamente en él entonces el mar de dificultades no te ahogaran,
sino que pasarás caminando por encima de esas aguas embravecidas reposado y confiado.
En Mateo 18 también encontramos otra arma, escudo y fortaleza
por el cual el cristiano puede caminar confiadamente sobre las aguas bajo la
tormenta, y Jesús les dijo: “De cierto os
digo, que si no os volvéis y os hacéis
como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18: 3).
Usted se preguntara qué tiene que ver el hacernos como un niño para que Dios
pueda calmar la ansiedad y que el hombre pueda caminar sobre las aguas
turbulentas sin hundirse, o entrar al reino de los cielos, pues mucho, y le
diré porque: Aquí Jesús se refería que cuando eres niño todo lo crees, estás
confiando, cuando un adulto llámese papá, mamá o tíos etc., le prometen algo,
no duda que ellos puedan cumplir su promesa, él no pregunta como obtendrá lo
prometido, sencillamente confían que estas personas tendrán lo suficiente para
complacerlo y cumplirle. Para un niño no
existe la crisis económica, no
mira obstáculos, ni hay
imposibles por esta razón Dios quiere que tu fe sea como la de un niño,
que entiendas que en su reino no hay crisis económicas, no
hay escases, y no hay imposibles en su reino las provisiones
son inagotables.
El problema de los adultos radica que intelectualizan
las bendiciones del reino de los cielos porque no creen ni confían en el poder Dios, y esto impide que Dios
se glorifique en sus necesidades. Cuando una persona le pone límites a Dios
automáticamente le ata sus manos para que puedan pasar sus procesos confiados y
seguros, además no creen lo que dicen las Escrituras ¡NADA ES IMPOSIBLE PARA ÉL!,
los adultos tienen que creer como lo hacen los niños, que no cuestionan, ni
preguntan cómo ni cuándo llegará su
regalo prometido, ellos sencillamente creen. Cuando el
hombre tiene una fe similar podrá ver el mar abrirse, y si este no se abre
podrá caminar por encima de las aguas embravecidas confiado, seguro
y sin temores, solo sabrá
que Dios está por encima de todo obstáculo, aun por encima del mismo satanás,
porque su Padre Celestial es poderoso para levantarte, consolarte y darte la victoria,
entonces ya no habrá temor ni dudas, y
por tu fe será hecho.
Solo tienes que pedirle a Dios te dé una fe tan
sencilla como la de un niño, porque para el que cree todo es posible. Esta
misma fe la tuvieron muchos hombres y mujeres de Dios en sus momentos más
críticos y alcanzaron grandes victorias y obtuvieron sus milagros que eran
imposibles humanamente de realizar, solo porque se atrevieron a creer y a
confiar. David le declaraba a su Señor “En el día que temo. Yo en ti confío”
(Salmo 56: 3). Todos sin excepción pasaremos por un día difícil u oscuro, donde el temor querrá devastarte
y destruirte, más pon tu confianza en él como lo declaró David en el día que
temía, y el Señor te levantará y te hará
sacar del pozo de la desesperación y peleará con tus enemigos por ti.
El Señor está buscando personas que no se conformen
con mirar desde la seguridad de la barca por sentir inseguridades, dudas
o temores, sino que sean
osados como el Apóstol Pedro que fue el único que quedó impreso en su Palabra
por haber tenido la valentía de salir de la barca sin importar las
consecuencias, él solo creyó, así se hubiese hundido en el intento, y Jesús lo
sostuvo de su mano para no dejarlo caer ni avergonzar, y segura estoy que si
pudiéramos retroceder el tiempo Pedro lo intentaría de nuevo una y otra vez,
valía la pena intentarlo, Pedro iba en busca de su Señor, y cuando empezó a
hundirse el Señor le proveyó su mano para levantarlo y no lo abandonó. Los
otros que estaban con él en la barca fueron ignorados porque ni siquiera se
esforzaron para hacer lo mismo porque no
creyeron ni confiaron ¿Podrías hacer tu lo mismo? Muchas veces
no alcanzas tu milagro por no correr el riesgo de fracasar en el intento o salir
de tu comodidad. Lo que Dios pide es que creas, porque ¡Sin fe es imposible agradar a
Dios! Por esta razón la persona que no cree jamás podrá agradar ni complacer el corazón de Dios.
Creer es confiar, es abandonarse en sus brazos teniendo
la convicción que nunca serás lastimado, como un niño que se lanza en los brazos
de su padre porque sabe que éste jamás lo dejará caer. Aunque veas las cosas muy
difíciles o imposibles él las puede hacer.
En Génesis 15: 6 dice: “Y creyó a Jehová (Abraham), y le fue
contado por justicia” Dios con este hombre hizo maravillas y proezas que
humanamente no hubiesen podido ser hechas, porque fue el único que se atrevió a
creer en su poder.
A pesar de las abundantes pruebas del poder de Dios
para bendecir a su pueblo, ellos temblaban y se quejaban ante los reportes
negativos que amenazaban sus vidas y Jehová los llamó rebeldes, porque la incredulidad es rebelión, y
Jehová le dice a Moisés “¿Hasta cuándo me
ha de irritar este pueblo? ¿Hasta cuándo
no me creerán, con todas las señales que he hecho en medio de ellos? Si
observamos hoy no hay mucha diferencia con ellos, en este tiempo Dios hace señales, maravillas y prodigios,
y te saca del pozo de la desesperación, pero cuando se te presentan nuevos
desafíos y obstáculos, que son los mares de confusiones te debilitas, dudas,
lloras y te vuelves al valle de las quejas y esto irrita
y lastima el corazón de tu Señor. Cuando crees tienes agarrado su
corazón para complacerte y ves el milagro tan imposible para ti pero fácil para
Dios, y entonces podrás decir: “Creí; por tanto hablé” (Salmo 116:
10) “Enséñame
buen sentido y sabiduría, porque tus
mandamientos he creído” (Salmo 119: 66).
En tu caminar por la vida te encontrarás personas
llenas de sueños sin cumplir, proyectos sin terminar, preocupados por el futuro
incierto, porque cada día el camino se hace más estrecho para lograr sus metas
y objetivos y nunca saben que les deparará la vida, o jamás le preguntan a Dios
cuál es su propósito para hacerlos cumplir, ya que muchos sueños y anhelos han
sido abortados por temor a correr el riesgo de fracasar sin intentarlo siquiera, luego se frustran y culpan
a Dios de su incapacidad, falta de valor o negligencia,
el temor los hace quedar en una misma estación sin avanzar hacia sus sueños, proyectos o anhelos.
La Biblia relata muchas historias de hombres y mujeres
que creyeron como lo hacen los niños sin importar los obstáculos, o cuán
imposibles hubieran podido ser estos, porque cada uno de ellos tuvo murallas
grandes por derribar, más su perseverancia, diligencia y fe,
estos milagros se hicieron una realidad.
Miremos e
imitemos la fe de Jairo unos de los
principales de la sinagoga, la mujer que tocó el manto abriendo paso
contra la multitud, la mujer siro fenicia, el ciego Bartimeo, la fe de
4 amigos que rompieron el techo para que su amigo fuera sano.
Cada uno de
ellos lucho por su milagro, reconociendo que solo el poder de Dios lo lograría
hacer, con armas poderosas que fueron: La fe, creer y que lo
intentaron a pesar que era imposible lograrlo por fuerza humana, pero
entendieron que lo único que podía impedir ese milagro eran ellos mismos sino tenían
fe y el valor para creerlo. Todos tuvieron que reconocer sus
limitaciones, porque cada uno de ellos estaban impedidos, incapacitados,
angustiados y con la necesidad
de creer sin dudar.
La historia de Jairo unos de los principales de la
sinagoga relata que su hija se encontraba agonizando, lo que significaba que
estaba al borde de la muerte, él necesitaba creer por el milagro de
su hija o lamentablemente ella moriría. “Y
luego que le vio, se postro a sus pies, y le rogaba mucho diciendo: Mi
hija está agonizando; ven y pon las manos sobre ella para que sea salva, y vivirá” Este hombre fue al encuentro de Jesús, él tenía fe que
el Señor no solo la sanaría sino que la salvaría, reconoció que Jesús era Dios,
y a él se aferraría postrado para su milagro. Pero como el enemigo nunca se
queda cruzado de brazos tenía un reporte devastador para este padre y hacerlo
menguaría en su fe. Mientras él hablaba, vinieron de su casa diciendo: “Tu
hija ha muerto; ¿para qué molestas más al Maestro?” esta noticia era
catastrófica para este principal de la sinagoga, esto lograría matar fulminantemente su fe. Pero Jesús que
oyó lo que se decía, dijo al principal de la sinagoga “No temas, cree solamente”
(Marcos 5: 36), mi Jesús tiene siempre un AS bajo la manga porque él es Dios poderoso, bueno, y fiel
con los que creen, y les dice: “Por qué
alborotáis y lloráis la niña no está
muerta, sino duerme”. Para
Jesús ya el milagro estaba hecho.
Muchos de tus sueños y proyectos no están muertos,
están dormidos y solo podrás despertarlos y hacerlos una realidad cuando tengas
la fe y creas. entones tocaras el corazón de Dios para que se hagan una
realidad, no es tu necesidad lo hace que Dios se levante, es tu fe y que le creas a él. Muchos se burlaban de él, más
él echando fuera a todos, tomo al padre y a la madre y a los que estaban con él
y entró “Y tomando la niña, le dijo:
Talita Cumi; que traducido es: Nina, a ti te digo, levántate”. Y luego la niña se levantó y andaba (Marcos 5: 41).
Cuando vayas a creer por un milagro mira a tu alrededor y ve quienes te rodean,
porque muchos querrán como anteriormente lo dije que abortes tu milagro, tu sueño y tu fe
con reportes negativos o devastadores, más cuando tu fe es puesta en la
roca firme que es Jesucristo difícilmente te moverán para matar tu fe y
le creas.
Marcos 5: 25, 29 dice: “Pero una mujer que desde hacía 12 años padecía de flujo de sangre, y
había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada
había aprovechado, antes le iba peor. Cuando oyó hablar de Jesús, vino por
detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva” En este pasaje
vemos que esta mujer le tocó enfrentarse con varios obstáculos que fueron: Primero:
La multitud que rodeaba a
Jesús, no era fácil apartar a tantas personas para tocar su manto. Segundo:
su enfermedad, porque ya no
tenía fuerza, puede usted imaginar una persona sangrando por 12 años, ya le
generaría una anemia y su cuerpo estaría exhausto sin voluntad ni fuerzas para
moverse y Tercero: Su situación
económica, se había gastado TODO
en médicos y la Biblia dice que antes le iba peor. Mas con sus pocas
fuerzas apartó toda una multitud queriendo arrebatar su milagro, nada podía ya
detener a esta valiente mujer, y logro su objetivo tocó el manto del Señor, su
Palabra dice: “Y enseguida la fuente de sangre se secó” El valor, la perseverancia, la fe
y el creer en Jesús no le
permitieron ver los gigantes que impedían su milagro.
En Marcos 7: 25, 26 dice: “Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó
de él, vino y se postro a sus pies. La mujer era griega, y sirofenicia;
y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio” Ella comenzó su batalla
con la actitud correcta y fue humillarse reconociendo ante quien lo hacía,
(DIOS) que solo Jesús tenía la respuesta y solución a su problema, esta mujer
se encontró también con muchos obstáculos imposibles de superarlos en su fuerza.
Analice la respuesta de Jesús “Deja
primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos
y echarlos a los perrillos” Jesús mismo, la persona en quien ella
estaba depositando su fe, la comparaba con un perrillo, ella era extranjera y
no calificaba por ser griega, y por esta razón Jesús (“) se negó hacerle su milagro, él solo estaba probando la fe, y que tanto creería a pesar
de los obstáculos. Respondiendo ella le dice: “Sí, Señor; pero aún los perrillos, debajo de la mesa comen de las
migajas de los hijos”, a ella nada
ni nadie le arrebataría su milagro, no miró las circunstancias como el ser ignorada,
despreciada
y humillada,
pero había algo importante para esta mujer y era la necesidad de su milagro, que su hija fuera libre de ese
demonio que la tenía atada y esto estaba por encima de todo obstáculo, sabía
que si Jesús no lo hacía, jamás su milagro se realizaría. Y por esta fe tan
grande fue movido el corazón de Jesús y le responde: “Por esta palabra, ve” ¿Y saben que sucedió? Cuando ella llegó
a su casa, su hija había sido liberada de ese demonio que la había tenido atada
y encarcelada. La fe, creer y el amor inmenso por su
hija le impulsó a cruzar la frontera del desprecio,
el ser ignorada y humillada y su milagro no se hizo
esperar. Yo pregunto ¿hubieses tenido tú
la misma reacción o actitud ante una situación semejante?
Marcos 10: 46 dice: “Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y
una gran multitud, Bartimeo el ciego, estaba sentado junto al camino mendigando” a esa condición lo
llevo su incapacidad de ver, y a vivir de la caridad de las personas, hoy son
muchos los que viven en esa condición porque tienen miopía o ceguera
espiritual por no creer que Dios cambia las cosas de mal para bien, que
tienes un destino diferente del que vives hoy, que Dios quiere cambiar los
decretos que Satanás tiene contra ti y tus generaciones, y por esta razón tu fe
se ha debilitado para creer que tienes un Dios poderoso, entonces mendigas favores,
ayuda,
y milagros
convirtiéndote en mendigo espiritual y te postras ante dioses paganos o a
personas que se aprovechan de tu situación, esperando comer de las migajas debajo
de la mesa como lo dijo la mujer sirofenicia, pudiendo comer del banquete de la
mesa de tu Señor (Jesús), y por lo general terminas cargado, cansado
frustrado decepcionado y con una situación económica lamentable. “Y oyendo
que era Jesús comenzó a dar voces
y a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! Y muchos le
reprendían para que se callase, pero él
clamaba mucho más; ¡Hijo de David, ten misericordia de mí!” Cuando te encuentres atravesando la crisis
más difícil y necesites la ayuda de Dios encontrarás muchas personas que
querrán callar tu clamor e impedir que arrebates tu milagro y se cumpla los
planes de Dios para bendecir tu vida, pero tu actitud debe ser la correcta como lo han hechos estos
hombres y mujeres que es humillarse
delante de Dios, creer y
depositar tu fe en el que todo
lo puede (Jesús), cada una de estas personas fueron valientes y se esforzaron ante cada obstáculo. Este
ciego gritaba aún más fuerte, nadie podía callar su voz para ser escuchado por
el Maestro, cuando conoces su palabra y crees la reclamas y te apropias de ella, cuando dice: “Pedid
y se te os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá” (Mateo 7:
7), entonces te será dado, encontrarás y hallaras tu milagro.
Esta fe y perseverancia hizo que Jesús se detuviera, y
no solo eso, le mando a llamar. El Señor vio en él un potencial de fe y quería y podía entregarle ese milagro tan anhelado. La Biblia dice: “Él entonces, arrojando su capa, se levantó y
vino a Jesús” Este ciego estaba
dando más que muestra de su fe, de inmediato se quitó aquella capa que lo
identificaba como invidente, y antes que su milagro se realizará creyó
que su vista iba a ser devuelta y supo que su estilo de vida nunca más
sería la misma después del encuentro con su Señor. Todo aquel que tiene un
encuentro real con Jesús su vida es totalmente transformada.
Lucas 5: 18, 19, 20 dice: “Y sucedió que unos hombres que traían en un lecho a un hombre que estaba
paralítico procuraban llevarle adentro y ponerlo delante de él. Pero no
hallando como hacerlo a causa de la multitud, subieron encima de la
casa, y por el tejado le bajaron con el lecho, poniéndole en medio, delante de
Jesús”. Para este paralítico y sus incondicionales amigos no había barrera
la cual ellos no pudieran derribar.
Cada uno de ellos tenía en mente una cosa y era llegar
a Jesús para que él lo sanara. Aunque la multitud les impidiera entrar ellos
buscarían la manera de hacerlo y lograrlo, imagínese que difícil sería para sus
amigos lograr entrar solos, ahora mucho más con un hombre paralítico y una
camilla lograr su objetivo, más cuando tienes fe, perseverancia
y una meta que cumplir no
habrán obstáculos que pueda impedir lograr tu objetivo. La Biblia no dice a
cuál de ellos se le ocurrió la absurda idea de subir a su amigo con todo y
camilla por encima de la casa y romper el techo, sin tener ninguna autorización
de los dueños para poner a su amigo en medio de Jesús, pero imaginó que todos
incluyendo al paralítico estuvieron de acuerdo por muy absurda que fuera esta
idea. Nada debe detenernos cuando entendemos y creemos en la grandeza y el
poder de Dios. “Y dice la Palabra que al ver Jesús la fe de ellos dijo: hombre
tus pecados te son perdonados. Y le dice al paralítico. A ti te digo: Levántate toma tu lecho y vete a tu casa” No
solo lo sano sino que lo salvo, le otorgo la vida eterna. Que maravilloso es
cuando el hombre a pesar de las circunstancias o que el obstáculo aparentemente
lo veas imposible tu fe no sea movida. Si estos hombres hubieren mirado todas
las dificultades y aparatado la mirada de Jesús, este paralítico jamás hubiese
podido caminar, pero gracias a su fe y que estos amigos creyeron con él, el
milagro no se hizo esperar, fue una realidad.
Si analizamos la necesidad de cada una de estas
personas vemos que el entorno de ellos era muy difícil para lograr su milagro,
pero además de creer como niños vencieron cada barrera y cada obstáculo que se
les presentó en el camino y arrebataron su bendición. Siempre pienso que nunca
habrá una montaña tan alta que mi Dios no me la permita escalar, porque sé que
no lo haré en mis fuerzas, sino en las de él, Dios anhela darme su bendición.
Si cada uno de ellos se hubiese dejado desanimar por
las barreras que encontraron, como la
multitud, el desprecio,
los malos reportes, la falta de fuerza, su incapacidad se hubiesen
quedado por el resto de sus vidas esperando que el milagro se realizara sin
lograrlo.
Hoy necesitas hacer lo mismo, aunque Dios guarde
silencio, y tu milagro no se dé en
el momento, aunque muchos quieran
silenciar tu boca, lucha por tu bendición como Jacob que peleo con el ángel
hasta que arrebató su bendición. Pero algunas veces ante el primer obstáculo o derrota
te desanimas, temes y no avanzas hacia la meta donde está la bendición esperando por
ti. No permitas que satanás robe lo que ya Dios de antemano te entregó,
recuerda el vino para matar, robar y destruir,
más cristo vino para darte vida y vida en abundancia, y
esto se hará efectivo cuando creas, te esfuerces y perseveres.
Yo solo sé que en el mundo espiritual Dios está trabando para complacer tu
corazón cuando te atreves a creerle, aun cuando el tiempo pase y no se haya hecho una realidad, Dios
sabe cuál es el momento oportuno para que sean una verdadera bendición en tu
vida. El único que puede impedir que un milagro pueda realizarse eres ¡Tú
mismo! a causa de tu incredulidad y negligencia.
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