5. CUANDO EL HOMBRE DESCONOCE LOS PROPÓSITOS DE DIOS



Cuando el hombre desconoce los propósitos de Dios y su Palabra, para caminar en pos de ella, entonces cada circunstancia, problema o dificultad las procesa de una manera equivocada, perdiendo de vista que Dios convierte las crisis en oportunidades, las pruebas en enseñanzas y los problemas los convierte en bendiciones. Cuando la vida te golpea fuerte y te deja sin fuerzas,  no lo entiendes, pero automáticamente caes de rodillas, dejándole a él el control, solo así estarás en la posición y actitud correcta, allí podrás orar y entender que el tiempo de Dios es extremadamente perfecto. Dios conoce cuales son las áreas que tiene que procesar para que tu fe sea incrementada y tu estilo de vida sea diferente a la de los demás.

En la Biblia encontramos hombres que Dios amó, procesó y les entregó un llamado extraordinario y luego fueron rechazados por el mismo Dios, por no afrontar los desafíos de acuerdo a lo que Dios les ordenó. Conocemos la historia de Saúl un hombre que tenía todo a su favor. Dios lo escogió para ser el primer rey de la historia de Israel. El Espíritu de Dios vino sobre él, y este fue un encuentro con Dios que afectó toda su personalidad casi inmediatamente, Saúl se hizo cargo de las operaciones militares, este siervo gozó de buena estima delante de los ojos de Dios. Pero Lamentablemente la vida de Saúl tomó un giro trágico, para él fue muy difícil manejar su impaciencia, sus temores, obstáculos y pruebas, estas presiones lo llevó al deterioro de su ministerio, y lo más triste, de la estima que tenía delante de Dios.

La Biblia relata que mientras preparaba la batalla contra los filisteos, Saúl se mostró impaciente. Samuel que estaba encargado de dirigir la preparación espiritual adecuada para la batalla estaba ausente, éste se retrasó sietes días. Los hombres de Saúl comenzaron a desertar y Saúl se llenó de miedo no tomando en cuenta a Dios, el temor a la derrota le hizo tomar la decisión equivocada, entonces decidió que no debía esperar más. Él mismo comenzó a efectuar los sacrificios religiosos que se suponía que Samuel, el sacerdote, tenía que presentar. Hay decisiones apresuradas que obstaculizan nuestras bendiciones, porque nos desesperamos y en vez de traer soluciones, agrandamos el problema. Saúl aquí con esta actitud aunque parezca insignificante demostraba la poca confianza, seguridad y debilidad interna que tenía, allí demostró la poca credibilidad que tenía en un Dios tan grande y poderoso.

Quiero que analice la causa por la que Saúl fue derrotado y desechado, no fue por cauda de Dios, Saúl tenía un Dios fiel, guerrero y amoroso, pero el mismo Saúl con su actitud ató las manos de Dios, impidiendo las bendiciones y que el Señor continuara a su lado. En ese momento llegó Samuel y lo confrontó fuertemente “Entonces Samuel dijo a Saúl: locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Más ahora tu reino no será duradero” (1 Samuel 12: 13). El afán de Saúl le costó las bendiciones que ya él le había otorgado, Saúl no esperó en el tiempo de Dios, y esto le hizo perder de vista el propósito de Dios en su vida.

Hoy también ocurre, muchas personas han sido llamadas por Dios para grandes ministerios y bendiciones para ser instrumentos útiles en sus manos, pero la prueba del tiempo, paciencia y las dificultades les hacen tomar decisiones o caminos equivocados y obligan a Dios a desecharlos y a darles a otros lo que él ya había destinado para ti.

Cada persona debe tener el discernimiento y la actitud correcta frente a los desafíos o pruebas que Dios permite para que conozcas lo que hay en tu corazón, y mires no con los ojos carnales, porque ellos ven lo humano y los obstáculos, pero cuando tus ojos son puestos en el invisible (El Padre celestial), entonces te son abiertos los ojos espirituales para ver como Dios ve las cosas ¡Posibles! Porque nada es imposible para él.

Dios te conoce, porque es tu creador y dueño, y conoce hasta donde puedes ser probado, nunca te dará una carga más pesada  de la que puedas llevar, y ellas misma serán las que te exaltarán en el momento indicado. También podemos perder las bendiciones y convertirlas en maldiciones cuando queremos entrar en esferas que no nos competen, porque allí Dios toma medidas que para el hombre son catastróficas.

Otro ejemplo lo vemos en el sacerdote Elí en 1 Samuel 2: 22 relata “Pero Elí era viejo; y oía de todo lo que sus hijos hacían con todo Israel, como dormían con las mujeres que velaban a la puerta del tabernáculo de reunión” de hecho Elí era consciente que sus hijos eran hombres impíos, y que no tenían conocimiento de Jehová, porque él mismo le dice a sus hijos “No, hijos míos, porque no es buena la fama la que yo oigo; pues hacéis pecar al pueblo de Jehová. Si pecare el hombre contra el hombre, los jueces lo juzgarán; más si alguno pecare contra Jehová ¿Quién rogará por él? (1 Samuel 2: 24, 25) Claramente Elí era consciente del pecado de sus hijos y que ellos tendrían que darle cuenta a Dios, pero también el sería llamado, por la falta de carácter y autoridad para confrontar el pecado de sus hijos, él oía a todo el pueblo de el proceder de sus hijos (2: 23). Sin embargo no hacía nada por detener esta abominación de ellos contra Jehová. Era pues, muy grande delante de Jehová el pecado de estos jóvenes.

Dios mismo le había entregado a Elí un ministerio extraordinario, pero él lo menospreció porque tuvo en poco ese privilegio, amando y siendo permisivo con el pecado de sus hijos, y esto desagradó a Dios, el mismo Jehová confronta a Elí diciéndole “Y yo le escogí por mi sacerdote entre todas las tribus de Israel, para que ofrecieses sobre mi altar, y quemase incienso, y llevase efod delante de mí, y di a la casa de tu padre todas las ofrendas de los hijos de Israel. ¿Por qué? habéis hollado mis sacerdocios  y mis ofrendas que yo mande a ofrecer en el tabernáculo; y has honrado a tus hijos más que a mí, engordándolos de lo principal de todas las ofrendas de mi pueblo de Israel”

Amado amigo y hermano Dios es un Dios fiel y amoroso y ha destinado para ti un futuro glorioso, lleno de triunfos y victorias, pero cuando no hay temor o tomamos en poco  ese llamado o ministerio y eres permisivo con lo que él aborrece somos cortados de sus propósitos y anhelos. Dios le había prometido a Elí “Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; más ahora a dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y a los que me desprecian serán tomado en poco  (2: 3) Cuando desobedecemos y deshonramos a Dios para honrar a hombres antes que a él, tomando en poco el sacerdocio que Dios nos entrega veremos días de tristeza, dolor y desolación.

Mi hermano cuide su llamado con temor y temblor para que no tenga el triste final del este sacerdote Elí, Dios le añade: “Verás tu casa humillada, mientras Dios colma de bienes a Israel; y en ningún tiempo habrá anciano en tu casa. Y todos los nacidos en tu casa  morirán  en la edad viril   (2: 32, 33). A que terrible condición llevó Elí a sus generaciones, les cortó el derecho a prolongar sus vidas, que a corta edad estarían destinados a morir. Infortunadamente con nuestro errores y pecados no solo seremos castigados nosotros sino que lamentablemente arrastramos nuestras generaciones para que hereden esas maldiciones y juicios.

El Señor fue tan claro y honesto con él, que le declara “Y yo me suscitaré un sacerdote fiel, que haga conforme a mi corazón y a mi alma” (2: 35). Esto nos enseña que desobedecer y serle infieles a Dios, lo obligamos a pasar por encima de su poder y amor, él no puede ir en contra de sus mandamientos y estatutos, él no puede ir en contra de él mismo. El final de esta historia termina muy mal. Un mensajero que venía del combate  contra los filisteos le anuncia a Elí “Israel huyó de delante de los filisteos, y fue hecha una gran mortandad en el pueblo; y también tus dos hijos Ofni y Finees, fueron muertos” (4: 17). Jehová ya se lo había profetizado en 1 Samuel 2: 34 dice: “Y le será por señal esto que acontecerá a tus dos hijos; ambos morirán en un día La Biblia no habla sobre esto, pero yo imagino el dolor tan grande que debió sentir ese padre. Primeramente por haberle fallado a Dios, y Segundo fallarles a sus hijos por no usar su autoridad y corrección a tiempo. Tercero y  último fallarle a su pueblo que tanto amaba Dios. Porque los filisteos presentaron batalla contra Israel, y fue vencido delante de sus enemigos, los cuales fueron heridos en la batalla en el campo como cuatro mil hombres (4:2).

Hoy muchos toman en poco las cosas de Dios, no hay temor ni respeto, o puede ser que usted no sea el que peque, pero es permisivo con aquellos que lo hacen por tratarse de personas que aportan mucho dinero en tu iglesia, o una persona muy amada por usted como (Esposa, hijos o familiares cercanos) cerramos los ojos ante esta situación, y esto nos lleva a la más triste condición, a ser desechados por Dios.

Por último les pongo otro ejemplo y es la vida de Sansón. Un hombre que desde el vientre fue llamado por Dios con un propósito específico. A su madre se le presenta un ángel de Jehová y le dice: “Pues he aquí concebirás y darás un hijo; y navaja no pasará por su cabeza, porque el niño será nazareo a Dios desde su nacimiento, y él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos” (Jueces 13: 5). Ciertamente el niño nació y se llamó Sansón. Y él creció, y Jehová lo bendijo y el Espíritu de Jehová comenzó a manifestarse en él de una manera poderosa y asombrosa (13: 24, 25).

 Pero este hombre no tuvo conciencia de esta bendición y poder que Dios manifestaba a través de él. El hombre más fuerte de su generación nunca alcanzó a desarrollar todo su potencial, para él fue más importante satisfacer su carne que serle fiel a un Dios que lo amó y llamó desde el vientre de su madre con órdenes específicas, él fue incapaz de controlar su apetito sexual. Cuando veía una mujer atrayente, la quería para sí. Muchos hombres y mujeres han perdido tanto, sus familias, su economía, su salud y lo más triste la presencia de Dios en sus vidas por un rato de placer. Dios había preparado a Sansón para grandes cosas. De todos los jueces, él fue el único cuyo nacimiento fuera mencionado por un ángel. Había sido asignado a esa clase especial de gente conocida como Nazareo, cuyas vidas estaban dedicadas a Dios, como lo habla el Libro en Número 6.

Pero este hombre nunca vivió de acuerdo a lo que de él se esperaba, su corazón se inclinó a mujeres que destruyeron los planes y propósitos de Dios para su vida. Sansón le descubrió su corazón y su secreto a una mujer que solo quería destruir a Sansón, él que debió guardarlo celosamente para ser usado en  salvar al pueblo de Israel. Conociendo esta mujer donde estaba su debilidad, lo traicionó. Y Sansón pensó que saldría ileso como tantas veces que Jehová estuvo con él, creyó que escaparía,  ¡pero que iluso!, lo que él no sabía, era que al igual que a Saúl ya Dios se había apartado de él. Muchos perseveran con sus debilidades creyendo que Dios siempre estará a su lado sin tomar medidas, pero no es así  llega un momento en que Dios pone un stop y las consecuencias son devastadoras.

Lamentablemente Sansón fue atado en cadenas, que no pudieron ser rotas por mucho que forcejeo. Pero lo más vergonzoso, Sansón fue obligado a moler como un esclavo con arneses sobre su cuerpo dando vueltas. Imagínese al juez de Israel, al hombre poderoso, al que fue llamado desde el vientre para salvar a su pueblo de los filisteos, estos mismos enemigos lo estaban poniendo en oprobio. Cuando nuestras vidas toman un giro diferente o contrario a los que Dios no ha llamado tomando en poco esa responsabilidad tan grande, nos convertimos en payasos y hazme reír de nuestros enemigos, sirviéndoles de burla y escarnio. Por pisotear algo tan valiosos como son nuestros dones, talentos y ministerios. La justicia de Dios muchas veces se tarda, pero tenga la plena seguridad que llegara y entonces usted lo lamentará, pero ya será demasiado tarde como le paso a Sansón, que termino ciego, burlado y escarnecido y lo más triste muerto en manos de sus enemigos.

La vida de Saúl, Elí y la de Sansón nos enseñan que la Palabra de Dios no puede ser burlada y no cae al suelo. La paga del pecado es la muerte. Estos hombres con su conducta y acciones traspasaron los límites del amor de Dios, el ser permisivo con los pecados tuyos y de otros, el no esperar en el tiempo perfecto de Dios, y las debilidades en tu carne, te hacen perder oportunidades y bendiciones, la falta de templanza, autoridad y el temor hacen que puertas que se han abierto para bendecir tu vida se cierren. Renunciamos a lo que más valor tiene y es caminar bajo el temor, preceptos estatutos y obediencia, para que no seamos desechados por el Señor, y les dé a otros lo que Dios habías destinado para ti.

Esto es muestras que aunque los dones sean irrevocables, Dios puede cambiar el destino decretado para tu vida, así como de maldición para bendición, lo podrá hacer de bendición a maldición, como la historia de estos tres hombre que infortunadamente sus finales fueron tristes y catastróficos por no someter sus debilidades y fragilidades al poder de Dios.

Afirmate mi querido amigo y hermano, ¿qué estás haciendo con tu vida?, estas siendo del agrado de Dios, como manejas tu autoridad sobre tu iglesia, sobre tus hijos o sobre las debilidades. Dios está dando una oportunidad para que valores su amor y misericordia, guardando celosamente con temor y temblor sus bendiciones.
¡Aleluya!

PAGINA RPINCIPAL

No hay comentarios:

Publicar un comentario