Efesios 6: 13, 18
“Por tanto, tomad toda armadura
de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo,
estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos
vuestros lomos con la verdad y vestidos con la coraza de la justicia y calzado los pies con el apresto del evangelio
de la paz. Sobre todo,
tomad el escudo de la fe, con que
podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu. Que es la palabra
de Dios”
Inicio esta enseñanza preguntando ¿Cómo estás vestido espiritualmente? Efesios nos enseña de qué
manera debe hacerlo todo hijo de Dios que anhele agradarle y servirle.
Ahora pregúntate ¿están tus vestiduras de
acuerdo a lo que su Palabra establece?, o por el contrario estás
desprovisto (desnudo) de ella. Pablo es claro en determinar cómo debes estar
vestido para agradarlo, y esto sólo se logra cuando te has vestido con toda la
armadura de Dios, y de esta manera cubrir cada parte de tu cuerpo para que el
enemigo no te destruya, porque satanás te asecha con sus artimañas, maquinaciones,
métodos, engaños, desánimo
y luego desmayes, y así él pueda darte una estocada que podría ser mortal, por
esta razón Pablo era enfático en enseñar
que “Las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción
de fortalezas” (2 Cor 10: 4).
La razón por la cual el Señor insta a vestir de una manera adecuada es para
estar firmes en la batalla. Estas armaduras le darán la autoridad y poder al
cristiano de resistir a satanás, y también para cuando el día malo llegare,
porque ninguno está exento de afrontar adversidades. Pablo nos revela y alerta
contra quién es nuestra lucha y las armas que debemos usar para derrotarlo,
pues tenemos un enemigo poderoso que algunos lo subestiman, pero debemos estar
preparados y capacitados para enfrentarlo asertivamente. Cuando las personas no
saben cuál es el enemigo a quien se enfrenta le será más difícil derribarlo, por ello el
Apóstol Pablo nos reveló ¿quién es ese
enemigo?, ¿con qué armas?
y ¿cómo enfrentarlo?, y no
perder de vista que nuestra lucha jamás será de origen humana. Cuando un hijo
de Dios es sabio para discernir las artimañas de satanás se revestirá con toda
la armadura de Dios y resistirá sus darnos, como dice Santiago 4: 7 “Someteos,
pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá
de vosotros” por esto es necesario que nos vistamos, sometamos
y protejamos para estar listos
en la batalla y tener la victoria.
Así como en el mundo espiritual el Padre Celestial
tiene ángeles, arcángeles, serafines y querubines
para luchar contra las fuerzas del maligno, de la misma manera satanás tiene
jerarquías en las potestades invisibles en las regiones celestes, que se han
revelado contra Dios y son los enemigos de Jesús y de los seres humanos, estos principados
son instrumentos de satanás para destruir al cristiano. Por ello es necesario
que conozcamos y pongamos estas vestiduras que
están al alcance de todo aquel que quiera vencer.
Estas armaduras son la defensa de todo cristiano y no
solo deben ser puestas en determinada ocasiones, con ellas debemos cubrirnos
todos los días, con el estilo de vida que caracteriza
todo cristiano que vive de acuerdo a las instrucciones divinas, o sea
al gobierno de Dios aquí en la tierra, y se han despojado de sus viejas
vestiduras para vivir una vida diferente que agrade realmente a Dios, y depender
totalmente de él. Hay momentos que el cristiano baja la guardia por desconocer que
su lucha es diaria, que no solo ocurre en una sesión de liberación, o cuando enfrentas demonios de enfermedades, o cuando
horas por un hogar destruido, pues
te diré que nuestra lucha es día a
día en cada momento que salimos, donde
nos encontremos, cuando nos dejamos arrastrar por las cosas que el mundo ofrece.
Cuando el cristiano conoce su posición en la batalla el enemigo no lo cogerá desarmado
o desprevenido,
como le decía el Apóstol Pablo a Timoteo “Ninguno
que milita se enreda en los negocios
de la vida, a fin de agradar Aquel que lo llamó por soldado” debemos ser
radicales con las instrucciones de Dios a fin de agradarlo.
Cuando un cristiano sabe que está capacitado y conoce
cuál es su posición, autoridad en la batalla como hijo de
Dios, entones ira seguro, porque es consciente que tiene las armas correctas
para salir victorioso. Cuando el cristiano no se ha contaminado y vive en
santidad tendrá la potestad y poder de reprender con toda autoridad y tendrá el
respaldo de Dios, Jesús le dio la comisión a sus discípulos y hoy te las ha
delegado a ti “He aquí os doy potestad de
hollar serpientes y escorpiones y sobre toda fuerza del maligno, y nada os dañará”
(Lucas 10: 19). Todo cristiano necesita tomar
decisiones para no claudicar y así prepararse para la batalla espiritual y nada
lo dañe.
1) TOMAD TODA ARMADURA: “Por
tanto tomad TODA la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día
malo” (Efesios 5: 16). Aquí el Señor nos está dando una orden de tomar toda armadura, no es una opción, porque
sin ellas estaríamos desprovistos para el día de la batalla, él nos está
advirtiendo que vendrá el día malo, y si no hemos tomado su armadura nos será
difícil resistirlo, por el contrario seremos presa fácil para devorar. Por eso
Jesús nos dice: “Estas cosas os he
hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero
confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16: 33). Hay un dicho que reza
en el mundo ¡Guerra avisada no mata soldado! Jesús nos advierte que en el
mundo tendremos aflicción, que el enemigo no duerme viendo la manera de
hacernos tropezar y luego acusarnos, haciéndonos creer inclusive que él mismo
Dios nos abandonó y esto trae temor y desanimo, esta es la razón por la que se
nos ordena prepararnos, y la única manera de hacerlo es aprovechando bien el tiempo, en su presencia, en la lectura
de su palabra como dice Efesios 5: 16 “Aprovechando bien el tiempo, porque los
días son malos”.
Deberíamos estar conscientes que la lucha contra
satanás es espiritual, por tanto debe lucharse con las mismas armas
espirituales, ya que ninguna arma material podría ser efectiva contra él y sus
potestades. La Biblia no menciona de qué manera Satanás enfrentará su batalla
contra ti, o el día que lo hará, ni se nos dará una lista de tácticas,
estrategias o métodos específicos que
él usará. Sin embargo Dios en este
pasaje es muy claro en decirnos que cuando seguimos fielmente todas sus
instrucciones, podemos permanecer firmes para la batalla en victoria.
Usted se preguntará
¿Qué es una armadura? En el mundo físico es un conjunto de piezas o
elementos de metal articuladas que sirven como soporte compuestas por piezas
metálicas o de otro material resistente que se utiliza para proteger el cuerpo en
sus luchas contra el enemigo. La armadura en tiempos egipcios era de una coraza
de tela fuerte o de acero en gran parte, eran sometidas a diferentes pruebas
para verificar su resistencia. En plano espiritual, es la protección del
cristiano para resistir los dardos del
enemigo. Dios permite las batallas en el cristiano para que verifiquemos qué
tanta resistencia tiene la armadura que llevamos puesta.
2) COMENZAR LA BATALLA CON FIRMEZA ESPIRITUAL:
Un soldado requerirá siempre de madurez, firmeza,
seguridad, valor, sometimiento y obediencia en su carácter, emociones, decisiones y en su fe para
ser efectivo y el enemigo no tome ventaja. Debe estar firme y radical para
poder ministrar en las cosas de Dios, de lo contrario no tendría el poder ni la
autoridad, por eso el Apóstol Pablo fue enfático en decir que no debemos
enredarnos en los negocios de la vida, (Mundo) a fin de agradar a Dios en lo
que hagamos. Cuando usted ha tomado la decisión de pertenecer al ejército de
Jehová, es mejor no regresar a atrás porque esto le traerá consecuencias, sino debe
mantenerse fiel a sus preceptos como lo decía el Apóstol Pedro “Porque mejor les hubiese sido no haber
conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado” (2 Pedro 2: 21).
Dios perdona el tiempo de nuestra ignorancia pero cuando tenemos el
conocimiento ya no tendremos excusa delante de él.
LA ARMADURA
DEL CREYENTE
1) El Cinturón: La función de un cinturón es ceñir, corregir y ajustar
como dice Efesios 6: 14 “Ceñidos los
lomos con la verdad” esta verdad
es una forma de prepararnos vestidos para la exigencia del combate. Cuando una
persona nace de nuevo en Cristo Jesús es objeto de ataques, Satanás no
duda, va automáticamente a su presa, porque ya no perteneces a su bando, ahora
eres su enemigo, y tienes que prepararte para esos ataques ¿cómo? ceñidos los lomos
con la verdad. Todo cristiano
que desea ganar una batalla contra el enemigo debe comenzar con la verdad,
Cuando hay mentiras en nosotros jamás nos afirmaremos en él. En Proverbios
dice: “Compra la verdad y no la vendas”
La verdad no es un destino, ¡Es un camino! La verdad es JESÚS. Nunca olvidemos que
satanás es el “padre de la mentira” y con ellas fundamenta sus dardos, por
tanto nuestra resistencia la haremos fundamentándonos en la verdad. Este primer
elemento de la armadura simboliza la protección de Dios sobre nuestras vidas,
contra toda mentira y engaño del maligno. Como el cinto cubre los lomos (la
fuerza), nos evitan ser atacados, satanás viene del lado que no vemos, con
argumentos engañosos que tratan de hacernos frágiles la confianza, modificando
la Palabra, enviando espíritus engañosos para cambiar, quitar
o añadir palabras de las
escrituras. Todo cristiano que desea ganar sus batallas debe comenzar con la verdad que es el
fundamento de toda una vida cristiana. El evangelio de la verdad, es la base
principal del creyente, ella nos sirve para ceñirnos, ajustarnos,
corregirnos
y no descarriarnos ni ser
derrotados, como dice 2 Samuel 22: 40 “Pues
me ceñiste de fuerzas para la pelea” y el Salmo 18: 32 “Dios es quien me ciñe de poder”
Mientras ese cinturón lo llevemos puesto jamás nos saldremos de su redil y
tendremos la batalla ganada.
2) La Coraza: “Vestidos de la coraza de la justicia” (Efesios 6: 14) Una
coraza es la parte de una armadura rígida que está ubicada en el torso para
proteger las áreas vitales de un soldado. Unos de los requerimientos
importantes para la vida de un creyente es tener justicia. Aparte de la
justicia de Dios, está la justicia del
creyente, que es un requisito básico, el pasaporte con visa incluida para
la entrada al reino de los cielos. Esta justicia es una forma de rectitud y de
santidad que va más allá de cánones religiosos y humanos como lo expresa Mateo
5: 20 “Porque os digo que si vuestra
justicia, no fuera mayor que la de los escribas y fariseos, no entrareis en
el reino de los cielos”. Esta justicia de la que el Señor habla es una
justicia objetiva que no es frente del esfuerzo humano, que no es un mérito del
hombre, sino que es un regalo de Dios en Cristo. Esa misma justica de
la que Pablo habló en Romanos que es gratuita por la fe en Jesucristo. Es una
virtud moral que nos inclina a dar a cada cual lo que le pertenece como propio.
Pero muchas veces tomamos la justicia en nuestras manos e ignoramos la Justicia
de Dios que está por encima de la del hombre “Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya
propia, no se han sujetado a la justicia de Dios” (Romanos 10: 3).
La justicia de Dios es invariable e inmutable,
(Romanos 3: 25, 26) él es infinitamente justo en su propio ser, e infinitamente
justo en todos sus caminos. Está coraza se pone sobre el corazón y los
órganos vitales, por esto es necesario guardarlo celosamente, en ellos
se encuentran la rectitud, la justicia y la verdad
que es una característica de Dios, la cual el creyente debe poseer Fil 1: 11 “Llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios” No está en
ti, viene de Dios.
Hemos dicho que la mayoría de las armas que nos
presenta Efesios son más defensivas que ofensivas, porque ninguno de nosotros podría entrar en una lucha frontal contra satanás, pues indefectiblemente seriamos
derrotados, por eso es que Efesios es claro cuando dice: “Porque nuestras luchas no son
contra sangre ni carne sino contra potestades, principados, gobernadores de la
tiniebla” (Efesios 6: 12). La razón de esta lucha es que el enemigo que
tenemos solo se derrota con armas espirituales, o sea la guerra del cristiano
es totalmente espiritual, por eso Colosenses 2: 14, 15 nos enseña cómo lo
derrotó Jesús “Anulando el acta de los
decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz. Y despojando
a los principados y a las potestades,
los exhibió públicamente en la cruz”.
El reino de satanás quedó más que
establecido que fue claramente derrotado en la cruz, sí, mi Señor lo derrotó
con armas espirituales, como debe hacerlo cada hijo de Dios, de modo que es
urgente nos vistamos con la coraza de la justicia y no vivir sin defensa, para
así proteger esa parte vital de nuestro cuerpo y no ser derrotado por el
enemigo.
3) El Calzado: “Y
calzado los pies con el apresto del evangelio de la paz” (Efesios 6:
15) El apresto es la disposición, preparación y prevención
que todo guerrero de Jesucristo debe tener. Y ella va sobre nuestros pies
(nuestro andar) todo soldado perteneciente al ejército de Jehová debe tener la disposición, la preparación y esta prevenido contra su enemigo para
llevar esta poderosa palabras con éxito y victoria, no hay algo más poderoso
que traer alegres nuevas, o sea noticias que alegran el corazón de las personas
encadenadas como dice Isaías 52: 7 “Cuan
hermosos son sobre los montes los pies
del que trae alegres nuevas, del que
anuncia la paz, del que trae buenas del bien, del que publica la salvación”. Si usted
preguntara ¿como uno se calza los pies
con el apresto del evangelio? La
respuesta es: Siendo diligentes en llevar su palabra, con nuestra vida diaria,
socializando con la gente con el propósito de hablar con ellos de las buenas
noticias, regalando un tratado, una literatura o material cristiano que
edifiquen sus vidas, enviando un correo electrónico de nuestro pan diario (la Palabra),
necesitamos tomar en nuestras manos la responsabilidad de ser portador de paz,
consuelo
y esperanza.
Dios nos dice con el apresto que en griego traduce “presteza” es la firmeza
o rapidez para llevar su palabra a aquellos
que están en tinieblas para combatir todo espíritu demoniaco, Pablo los
combatía con la paz, que es el descanso
y reposo para aquellos que están en prisiones de oscuridad
y cadenas perpetuas que se satanás pone en sus vidas para que sean destruidos. Por
esta razón el cristiano necesita poner su calzado para deshacer las obras del
diablo y que ellos sean libres.
Las Sandalias Militares: Este calzado era fuerte y estaba
bien ventilado con filas de tachuelas en la suela sabiamente dispuesta para
soportar y resistir muchos kilómetros.
Este servía para dos propósitos: Primero: Servía como un arma
ofensiva, se podían defender con ellas. Segundo: Les brindaba mejor estabilidad
al pelear sin importar el tipo de terreno con el que se podían encontrar. Es
por eso que sin importar la situación la armadura de la paz debe estar en ti como
dice Filipenses 4: 7 “Y la paz de Dios,
que sobre pasa todo entendimiento, guardará
vuestro corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”
Si no logras sentir esa paz, entonces no le será difícil al enemigo poner espigas afiladas en tu camino. Si no estamos usando la paz que Cristo nos ha
entregado, entonces nuestros pies espirituales están descalzos y no podremos
pararnos firmes para defender nuestro territorio. Es interesante ver como en
medio de la lucha y la batalla, se espera que un cristiano tenga reservas de la palabra y lleve la buenas
nuevas de paz a otros,
esto es agradable ante Dios.
4) Escudo: “Sobre
todo tomad el escudo de la fe para apagar los dardos del maligno” (Efesios 6: 16) Cuando la palabra dice apagar
los dardos nos lleva el
pensamiento a un incendio grande, difícil de eliminar, pero que hermoso es
saber que hay alguien que te llevará a aguas viva y apagará toda esas llamas
que consumen tú vida, y esas aguas simbolizan la fe para nosotros. Muchos quisieran ponernos armaduras hechas
por ideologías humanas, fórmulas de éxitos, pero la armadura perfecta o vestimenta
de éxitos y victoria la encontramos tomando el escudo de la fe. Muchos se
defienden basados en lo que saben, otros basados en lo que son y otros
basados en lo que tienen, con palabras o formulas humanas que jamás
tendrán el poder de darte la protección necesaria en una batalla, un guerrero
de Jesucristo tiene una excelente defensa y es la que menos utilizamos “El escudo de la fe” La fe es una
armadura de defensa y protección para todo creyente, con
ella no hay nada que nos pueda tocar o dañar. Para conocer dónde debemos
ponernos ese escudo, necesitamos saber cuáles son las partes vitales de
nuestras vidas que son atacadas por el enemigo para darle prioridad. Muchos
llevan el escudo de la fe a su espalda en medio de la guerra y por eso son
derrotados. La parte vital que debemos proteger es nuestra relación espiritual
con Dios, si esta se dañare todo lo demás como: la familia, economía,
trabajo, y la salud se deteriora sin que lo
podamos evitar.
El escudo de la
fe es el corazón de un guerrero, por tanto es una de las partes que
primero ataca el enemigo, porque si lograra dañar tu relación con Dios
robándote la fe, tu vida será catastrófica. La fe es la constancia de las cosas
que se esperan y la comprobación de los hechos que no se ven, por eso este escudo
es la declaración de lo que no se ve, es nuestra forma de expresar lo que Dios
va a hacer, y el enemigo siempre quiere robarte la fe para que claudiques o lo
que es peor matar tus esperanzas, sueños y anhelos
que has depositado en Dios. El escudo de la fe tiene dos principios: Lo que hablas
y lo que haces, las palabras
son semillas que darán sus frutos en su tiempo, lo que declares eso
recibirás y de eso alimentarás tu futuro,
con respecto a lo que haces también traerá consecuencias, tus acciones determinará
la calidad de tu vida, porque tarde o temprano se te devolverá lo que haya hecho,
sea bueno o malo. El escudo de la fe es un arma para proteger tu mente y
corazón contra ataques negativos,
decepciones, pruebas y tribulaciones, porque el hecho de hablar de escudo denota la
presencia de una batalla ya sea física o espiritual. No olvide que nuestra
lucha es contra uno de los más peligrosos enemigos en existencia y que todos
los días de nuestra vida nos enfrentaremos con él, y que la única manera de
combatirlo es con el escudo de la fe para poder apagar ese fuego con que somos
atacados. Hoy necesito tomar el escudo de la fe como un arma indispensable. Cuáles
son los dardos de fuego que podríamos recibir hoy: Incluye acusaciones maliciosas que entristecen nuestra alma, otros
dardos son pensamientos de duda,
desobediencia, rebelión, lujuria, malicia,
temor, pornografía y muchas cosas innumerables. Pero lo más
hermosos es que hoy puedo acudir al escudo de la fe, hoy ya no tengo excusa,
para continuar cautiva y esclava del pecado y dejarme robar mi fe y mi relación
con Dios.
5) EL Yelmo: (Casco) “Y tomad el yelmo de la
salvación” (Efesios 6: 17). El yelmo en la armadura de un soldado era lo que le
aseguraba que su cabeza no fuera lastimada, pero en la armadura de Dios, el
yelmo es una cobertura espiritual que le da protección a nuestra mente
(pensamientos), las áreas de nuestra mente pueden estar expuestas al ataque del
enemigo y si estamos desprevenido pueden ser mortal. La cobertura espiritual de
nuestra mente está fundada en la seguridad de que somos salvos, y también en el poder que Dios nos da cuando somos salvos.
Quiero que sepa que el ¡más débil de los creyentes tiene
en su poder lo que posee el más poderoso de los santos de Dios!, en él
se halla cada una de las bendiciones espirituales. Recuerde que el enemigo nos asecha
con diversos ataques mentales cuyo único objetivo es hacernos perder la fe en Dios y la confianza en nosotros mismos. El
cristiano que no se ha revestido con el yelmo de la salvación está
completamente desprovisto de la protección de Dios, como una ciudad sin muros, está
al alcance de sus enemigo y puede perecer fácilmente como dice Proverbio 25: 28
“Como
ciudad derribada y sin muro es el hombre cuyo espíritu no tiene rienda”
porque sus pasiones no tiene guardia,
sin una malla que controle su orgullo,
vanidad, maldad, ira
y venganza, por eso una
persona que no le pone límites a todo esto corre el peligro de seguir
ciegamente sus impulsos carnales y de ese modo trae infelicidad así mismo y a
otros.
Cuando el cristiano tiene el hábito de vestirse con la
armadura completa que está a su disposición diariamente le permitirá mantenerse
con la actitud correcta y actúa sabiamente contra cada ataque del enemigo.
Todas las partes de la armadura de Dios son importantes e imprescindibles con
ellas evitaremos ser heridos con los darnos del enemigo y el yelmo es de vital
importancia para la salvación. La palabra yelmo viene del término griego (penkefalaia)
que significa (casco) esta palabra
denota la protección del alma o la mente, le da protección a nuestro
pensamientos que son por lo general los que nos hacen derribar o desanimar, en
ellos residen los temores, las
tentaciones, la maldad y de la cabeza bajan a
nuestro corazón, entonces estamos vulnerables y nos fallamos y le fallamos a
Dios.
En los tiempos antiguos los soldados romanos usaban el
yelmo y se aseguraban que estuvieran en el lugar indicado para no ser lesionado
y morir, el yelmo representaba la
esperanza de tu salvación como dice 1 Tesalonicense 5: 8 “Pero nosotros que somos del día seamos
sobrios, habiéndonos vestido con la
coraza de la fe y amor, y con la esperanza de salvación como yelmo” de esta
manera estemos convencido de la
esperanza que tenemos, cuando nos vestimos con el yelmo podremos llevar
nuestros pensamientos en cautiverio a la obediencia de Cristo como dice 2
Corintios 10: 5 ““Derribando argumentos y
toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”, si somos cuidadosos con lo que le permitimos entrar
a nuestros pensamientos no perderemos el enfoque de la salvación. Es importante
que protejamos nuestros pensamientos porque allí está el campo de batalla y el
enemigo conoce que puede ganar en esta área, entonces nos mantendrá cautivos y
desprovistos, por esto el Señor nos aconsejaba “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida” (Proverbios 4: 23) “Porque cuál es su pensamiento
en su corazón, tal es” (Pr 23: 7) por ello ¡No podemos evitar que los
pájaros vuelen sobre tu cabeza, pero
si puedes evitar que haga nido en ella!, si vienen pensamientos de derrotas, desesperación, dudas,
temores, inseguridades deséchalas
inmediatamente y no las alimentes,
toma la decisión de ponerte ese
casco (Yelmo) de la salvación y vivirás en una continua victoria y nada te hará
perder la fe.
La Espada: La espada es una parte de la armadura de Dios que es espiritual,
por tanto los elementos que la componen también son espirituales. “La frase la espada del espíritu” se
menciona solo una vez en las escrituras en el libro de Efesios 6: 17, la cual
Pablo exhorta a usar con el fin de estar preparados para luchar eficazmente
contra satanás y sus demonios. Esta pieza de la armadura es un instrumento que
para usarla implicará un encuentro personal muy cercano, no es un arma que la
podamos comparar con un revolver, metralleta o un misil que podrían ser usadas
a distancia, sino que implica un encuentro personal muy cercano con el enemigo.
Esta espada descrita por Pablo era corta e identificada con la palabra de Dios.
Cuando la Palabra de Dios es proclamada las huestes
tiemblan, por ello es necesario tomar la espada del espíritu para poder enfrentar ese encentro
cercano con el enemigo de tu alma, y nada iguala su exactitud, poder
y alcance.
El Señor Jesús cuando estuvo en la carne, en el desierto ante el tentador nos
dio ejemplo de cómo tomar esa espada a la cual el maligno no pudo contradecir ni resistir, por eso es necesario
que nosotros como cristianos de igual manera la enfrentemos con el poder de su
Palabra para resistirlo y hulla de nosotros como dice Santiago 4: 7 “Someteos, pues a Dios; y huirá de vosotros”.
La espada representa la verdad de la fe y la lucha,
todas las partes de una armadura
sirven solamente como defensa, ninguna de ellas para el ataque excepto la
espada, ella no solo sirve para defenderse sino también para atacar y poner a
fuga el adversario. Resistir significa en el vocablo Griego ¡Anthistemi! No significa una resistencia pasiva, sino una oposición frontal, un enfrentamiento
directo contra satanás. La espada también es símbolo de juicio por eso
nosotros no somos llamados a decretar juicio sobre nada ni nadie, sino que esto
solo es delegado por Dios, porque él es justicia. Nosotros solo debemos
sujetarnos a su palabra en la búsqueda para discernir sus maquinaciones porque
satanás no resiste a alguien con la autoridad de Dios, ni se somete a alguien
que está por debajo de su rango, y él conoce perfectamente quienes viven
sometidos a Dios con poder.
Así como vestirse con todas las partes de la armadura
es una orden, tomar la espada forma parte de esa orden. Ella no es solo para
líderes, esta espada será una necesidad para todo aquel que quiera servir a
Dios, porque ella es la única que te garantiza la protección y defensa.
Al igual que una espada normal en las manos de
inexpertos sería fatal y las consecuencias serían nefastas, así mismo la
palabra de Dios en manos inexpertas seria peligrosa y catastrófica, sería tergiversada
y le haría más daño que beneficio para él y a muchas persona, por esto es
necesario que cada persona tenga el conocimiento y la revelación de su palabra
para no ser engañados, sino por el contrario aplicarla de una manera correcta
para que sea de verdadera bendición con autoridad y poder. Muchas personas se
engañan pensando que si tiene la Biblia en ciertos salmos y repiten textos
bíblicos se hará efectiva y los librará del mal, y están muy equivocados, su
Palabra solo se hace efectiva cuando la conocemos, nos sometemos
a ella en obediencia, y la haces un rema en tu vida, entonces
se hará efectiva y tendrás victoria frente a los ataques.
Cuando un cristiano se viste con toda la armadura de
Dios automáticamente empieza a limpiar su corazón y es libre de todo pecado y
maldad, y de esta manera su palabra tendrá poder en el para liberar, sanar, instruir,
corregir y consolar en el libro de Hebreos
no puede ser más claro, porque la palabra se hace eficaz cuando somos
revestidos con toda la armadura de Dios, no hay que dejar ningún lado sin
cubrir “Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que espada de dos filos; y penetra hasta
partir el alma y el espíritu , las coyunturas y los
tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”
o sea no nos podemos esconder, ni huir, ni engañar a Dios. Solo tú eres el único
que puedes vestirte de una manera adecuada y no será un día, un mes la batalla
es diaria. Satanás sabe perfectamente esto y por esta razón es que ha impedido
con todas sus artimañas en todos los tiempos de la humanidad, que los creyentes
no conozcan esta verdad, autoridad y poder de la armadura de de
Dios y que aprendamos como vestirla y aplicarla en nuestras vidas y en la de
otros, cuando tengamos sed y hambre de ella, entonces su palabra cobrará vida.
La pregunta que debe hacerse cada persona es ¿De qué lado me estoy colocando? ¿Con
Cristo o contra él?, ¿con la armadura
o desprovista de ella? La respuesta solo la conoces tú. El que vive para
agradar a Dios tendrá el privilegio de vivir toda una eternidad con él. ¡Aleluya!
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