Algunas personas se preguntan ¿Qué es una bendición?, mientras otros tergiversan lo que
representa una bendición integral. En el mundo natural hay muchos conceptos
para definirla basándose en la economía o la prosperidad
material, y esto es una verdad inamovible, tener solvencia económica
para cumplir con todos tus compromisos te da la tranquilidad y cierta
estabilidad emocional, ya que no te sientes presionado, por consiguiente esto
te produce confort, esto es lo que ellos
consideran una bendición completa. Si vamos a la Palabras una bendición real tiene
que ser integral, (Espiritual, física y económica), si faltare una de estas
tres, ya dejaría de ser una bendición completa, y esto solo se logra cuando tu
vida espiritualmente está llena de la presencia y el temor a Dios.
La motivación real de Dios al bendecir al hombre es
que este pueda recibir el beneficio no
solo terrenal o sea lo material (salud o la economía), sino en todas
las áreas de tu vida!, como lo manifestaba el Apóstol Juan “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así
como prospera tu alma” (3 Juan
2), una vez más la Palabra nos confirma que tener lo material, es bueno y
reconfortante, pero también necesitas la salud para disfrutarla, si tienes todo
el dinero del mundo y te falta la salud espiritual
o la física, ya tu bendiciones
tendrían estorbo, para que ella sea completa y real tienes que tener un
complemento eterno, lo que significa que será no solo mientras transites en
esta tierra, sino para tu futuro eterno, aun después de la muerte.
Son pocas las personas que pelean y luchan por sus
bendiciones espirituales, ocupan la mayor parte de su tiempo para adquirir Las
riquezas perecederas y se olvidan de lo imprescindible que es adquirir las
riquezas espirituales las cuales nadie las podrá arrebatar y ellas son las
únicas que darán acceso a la eternidad.
Ahora mi pregunta es: ¿Qué ganaría el hombre si adquiere todas las riquezas y bienes del mundo y perdiere su
alma?, o viniere la adversidad y tocara tu puerta con una enfermedad
terminal, o tu hogar fuese destruido por no tener el conocimiento ni el temor
de Dios, ni le hayas permitido a Jesús reinar o gobernar
tu casa, porque cuando no es así, le estas dando al enemigo el derecho de
destruir tu familia y por consiguiente tu bendición, muchas veces estas
riquezas te convierten en una persona soberbia,
orgullosa y altiva desviándote del propósito
de Dios, y escuchemos lo que finalmente escribió Pedro con respecto a esto: “Dios resiste a los soberbios y da gracia a
los humilde” (1Pedro 5: 5).
En Lucas 12 nos habla sobre la Parábola del rico Insensato, este hombre había ocupado su tiempo
acumulando tantas riquezas que no tenía lugar donde guardarlas y dice: “Esto haré: derribaré mis graneros, y los
edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi
alma: Alma, muchos bienes tienes guardados por muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dice: Necio,
esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así
es el que hace para sí tesoro, y no es
rico para con Dios” (Lucas 12: 16, 21). Esta parábola nos enseña que la
tranquilidad y seguridad de este rico insensato se basaba en tener bienes
guardados por muchos años, hora si podría vivir relajado, cómodo
y seguro, en eso basó su
confianza y bendición, y el Señor le llamó necio. Lo malo de este
hombre no fue procurar tener las riquezas y muchos bienes, Jesús aquí no le
condenó por la cantidad de dinero que logro atesorar, lo que si advirtió en
contra de poner su fe en el dinero como modo de asegurar el futuro. El dinero
no le sirvió de nada en la noche de su muerte.
Que el hombre adquiera muchas riquezas y bienes es la
voluntad de Dios, lo censurable para él fue no luchar con la misma intensidad
por sus riquezas espirituales que le permitirían vivir por toda la eternidad
con ellas. Tristemente la muerte llamó a su puerta y de que le sirvió acumular
tantas riquezas, por eso la pregunta que se le hizo fue: Y lo que has provisto ¿de quién sería? Mi hermano y amigo el ocuparse solo de las
riquezas materiales no te aseguran la verdadera bendición, más el ocuparse de
las bendiciones espirituales te aseguran toda una eternidad para disfrutarlas,
y Jesús lo confirmo en Lucas 12: 15 “Y
les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; Porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes
que posee”.
La Biblia habla de un hombre al que le fue revelado
esta verdad, él tuvo el discernimiento
y conocimiento de lo que era
una verdadera bendición: la integral,
supo vivir en la abundancia pero no fue su principal objetivo, ni en ella basó
su confianza y regocijo, éste fue el Apóstol Pablo, en los años de procesos y
aislamiento con Dios, le fue permitido conocer esta verdad tan extraordinaria,
en sus experiencias de inmenso dolor, sacrificios, valor,
sujeción
pudo conocer y entender lo que Dios quería
hacer con él, bendecirlo y que fuera de
bendición para muchos. Estoy casi segura que ningún otro ser humano atravesó
por tantos sufrimientos y aflicciones como el Apóstol Pablo en su caminar en
este mundo tan efímero.
En su tiempo de
ministerio y quebrantamiento Pablo aprendió a depender más de Dios y menos de
él, y tomó las mejores decisiones que lo catapultaron a altas esferas
espirituales, Dios quería que fuera bendecido a pesar de todos sus
sufrimientos, que las bendiciones materiales eran necesarias para su caminar en la tierra, pero al final de su
carrera llegó a la conclusión que eran
basura por ganar el reino de los cielos, su mayor interés era arrebatar la vida eterna
y solo lo lograría peleando la buena batalla que son las bendiciones
espirituales y ellas son las que el enemigo te quiere arrebatar y robar.
El Apóstol Pablo pudo discernir dos cosas importantes
del propósito de Dios para su vida y lograr la bendición real:
1) Aprendió a conocer sus propios límites y a entender el amor
y la gracia
ilimitada de Dios. Cuando el hombre se percata que tiene un límite y
reconoce el inconmensurable amor y poder de Dios te rindes fácilmente porque
sabes que nada es imposible para él, que sin su ayuda, misericordia
y amor estuviéramos aniquilados,
que su presencia y gracia son necesarias, entonces empiezas a depender más de
Dios que en ti mismo o en las riquezas, que en todas las áreas de tu vida él
será lo más importante. La economía y salud deben estar contigo pero sin la
prosperidad espiritual jamás tu vida estaría completa. Pablo así lo vio y así lo aceptó.
2) A Pablo también se le reveló que en el dolor, la aflicción,
la soledad, el rechazo, los apedreamientos, su presencia y fortaleza también serían
necesarias para su vida mientras estuviera en esta tierra, y ser efectivo en el
reino de los cielos, que cada una de estas aflicciones lo llevarían a conocer
su debilidad y el gran poder de Dios en él, y aceptó el propósito de Dios sin
quejas ni reproches, sino más bien entendió su señorío, sabiendo que después de
cada uno de estos procesos vendrían grandes bendiciones, que Dios es poderoso y
suficiente para solucionar sus
problemas, sanar sus
enfermedades, que sería su
provisión para suplir todas sus necesidades, guardarlo
de sus enemigos, darle el gozo
en medio de la adversidad, aprendió
que cuando él quería arreglar las cosas a
su manera estas empeoraban y
continuarían sin darle tregua y al final de cuentas terminaría reconociendo que
solo en Dios hallaría la salvación y el descanso a su alma. Todos esos procesos
en la vida de Pablo, fueron usados por Dios para llevarlo a
ser grande como ser humano, darle valor a su vida espiritual y además
para poder llevar el nombre del Señor en alto.
Permítele a él como tu Padre Celestial dirigir tu
vida, que él como Padre querrá darte las mejores bendiciones y victorias, igual
como lo hizo con Pablo por haberse sometido a él (Dios) aun en el dolor, y pudo
construir en Pablo bases sólidas, firmes y fuertes
que jamás lo pudieron derribar,
desanimar ni destruir.
En mi vida los procesos fueron una escuela donde
aprendí a darle valor al sacrificio tan grande e insuperable de Jesús por mí y
por la humanidad, a apreciar las cosas que realmente tienen valor, pude conocer
lo que significa de verdad el reino de los cielos, y a poner mis prioridades en
orden, someter mi carne bajo sus principios, que no todo lo que deseo estará de
acuerdo a su voluntad, sino recibirla y aceptarla con la mejor actitud así no la entienda ni la quiera, que
el dar es una sensación indescriptible, a no pensar tanto en mí, sino mirar que
hay personas tan necesitadas que mis problemas o necesidades son tan pequeños
al ser comparados con los de ellos, mirar el vaso medio lleno y no medio vacío,
y darle un lugar especial en mi corazón a mi familia (Esposo, Hijos, hermanas y
padres). Nunca olvide que Dios es el arquitecto y dueño de su vida, que todo lo
ha hecho,
hace
y hará
será con un solo propósito, y es darle lo mejor, sus bendiciones no se limitarán mientras estés
en esta tierra, sino que él piensa tanto en ti, que te las quiere dar para que
las disfrutes por toda la eternidad con él.
Cuando el ser humano llega a entender esto, su vida
tendrá un nuevo sentido, un nuevo estilo y calidad de vida, que cada proceso te hace grande como
persona, y si miras hacia atrás veras la maravillosa obra de Dios en tu vida,
porque cuando yo lo hago solo lloro porque jamás en mis fuerzas lo hubiese
logado, solo el perfecto e inmenso
amor de Dios por mí lo logro. Estoy segura que me falta un largo camino por
recorrer y ser aún mejor, sé que tengo mucho más para dar, y muchas más cosas
por mejorar, pero Dios en Joel 3: 10 me dice: “Diga el débil: Fuerte soy”
y él se perfeccionará en mis
debilidades, hoy puedo darle gracias a Dios por cada proceso en mi vida y la de
mi esposo, porque nos ha hecho fuertes y el enemigo ya no nos podrá engañar ni destruir, sino que huira de mí y de mi familia.
Qué lindo que todos pudiéramos llegar a la conclusión
que Pablo llego y lo expreso desde lo más profundo de su corazón “Pero cuantas cosas eran para mi ganancia,
las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo
todas las cosas como pérdida por la excelencia
del conocimiento de Cristo, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo,
y lo tengo por basura para ganar a Cristo” (Filipenses 3 7, 8). Toda
persona que se considere hijo de Dios debe tener por basura lo que pierde por
ganar la excelencia de su conocimiento, que lo llevará a una bendición real
donde no te será añadida la tristeza por obtenerlas, entonces podrás decir: ¡ESTA
ES TU OBRA EN MI, SEÑOR! reconocerás que la gloria es suya y de nadie
más.
Esto solo lo aprenderás y conocerás cuando llegues a
depender de Dios absolutamente, porque tus fuerzas han llegado a su límite del dolor, la desesperanza, el
sufrimiento, el temor y sabes que ya no podrás hacer
nada para salir de ellas. Solo en el sufrimiento máximo de tu proceso lograras
sacar lo vil de tu vida, y cuando esto
llegue, ese fuego purificador no te dañará, sino que permitirá que puedas
resplandecer y levantarte más fuerte, alzarás tus manos para anhelar su ayuda.
El fuego intenso es lo único que logra separar los metales aledaños cuando el
oro es procesado, entre más intenso sea ese fuego ese oro más se purifica. Así
mismo es en el ser humano, entre más grande sea la temperatura de tus procesos
todo lo vano y vil saldrá, Te preguntaras ¿es
doloroso?, claro que es doloroso y nadie quiere pasar por él, pero será de
la única manera que Dios puede cumplir su propósito en ti, entonces podrás consolar al afligido, una palabra
de consuelo al enlutado, serás más sensible para llorar con el que
llora, darás al necesitado sin temor a quedar sin nada, y todo esto glorificará
su nombre.
Pablo fue testigo que ese fuego intenso logró
purificar su vida y convertirlo en un hombre especial para Dios, que Dios puede
usar aun el momento más oscuro de tu vida y transformarlo para tu bien. Jesús y
Pablo dejaron más que demostrado que nada es lo suficientemente poderosos como para
extirpar el gozo y la paz en medio de la
tormenta si la confianza la depositas en él. Solo cuando somos
pulverizados podemos en verdad conocer
lo que realmente es la naturaleza nuestra, y esto nos hace conscientes para
entender que no solo sus bendiciones se limitan a una buena economía, sino que
la verdadera bendición se establece cuando a través de los procesos empiezan a
tener la verdadera riqueza, la espiritual, y ella te formarán para recibir las
otras bendiciones las cuales no corromperán tu corazón. Y cuando mires el final
de ese proceso te habrás reconciliado con el amor incondicional de Dios,
entonces puedes apreciar mejor cada una de esas bendiciones y es cuando valoraras
todos los dones que él te ha regalado, tu alabanza adquiere un nuevo propósito
y le podrás dar gracias a Dios de corazón por todo, te sientes libre, con gozo
para adorarlo sin temor aunque tu economía y salud no sean la mejor, porque
estás confiado agarrado de su mano, estas convencido que él es tu pastor y nada
te faltara.
Mi hermano Dios ve el final de todo proceso, sabe que
valió la pena tu sufrimiento, Él jamás
te dejo solo, aun en los peores instantes él siempre te sostuvo en sus preciosos
brazos, y tú estarás agradecido por haberte purificado de esa manera, porque no
había otra forma para lograrlo. Amado amigo y hermano, esa fue mi experiencia
yo llegue a esa conclusión en medio de la escases, la soledad, el rechazo,
la discriminación,
los sufrimientos,
y la más profunda tristeza por las cuales pasé, su mano me sostuvo para
no dejarme caer y derrumbar, su amor y
la fe en él me mantuvo en pie, mirando al invisible de donde solo podía venir
mi socorro, y saben jamás fui avergonzada. Y pude sentir que así como el padre
corrige a sus hijos porque los ama, así mismo hizo mi padre Celestial conmigo,
cerró todos los caminos para que pudiera entender que fue ¡SU OBRA PURIFICADORA EN MÍ! Y estoy segura que ya nada podrá
apartarme de su amor.
Las experiencias dolorosas por las que Dios permita
que pases no deberías calificarlas o clasificarlas como maldiciones, estas
tienen el potencial para ser los instrumentos necesarios para llevarte a una
verdadera bendición, y por tanto adquieras las riquezas más valiosas como son las de recibir la sabiduría, la paciencia, la revelación, el discernimiento, el regocijo. Este gozo que describía
Pablo en Filipenses no se desvanece cuando el dolor o la adversidad llegan. El
libro más gozoso de la Biblia es este, aun a pesar que Pablo se encontraba
preso y encadenado a un guardia romano, cuando el malvado Nerón arrojaba a los
cristianos a los hambrientos leones o
los quemaban como antorcha para iluminar sus banquetes. Usted se preguntará ¿cómo podía un hombre racional dedicar una
carta con el tema del gozo cuando no desconocía estas cosas tan dolorosas? y
cuando aún su propia supervivencia se encontraba seriamente amenazada. Pero
Pablo entendió que la mano de Dios lo sostendría, y que para este siervo el
vivir era Cristo y el morir era ganancia.
Este fue su lema “Regocijaos
en el Señor Siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”
Filipenses 4: 19).
Solo Dios pone una condición para que lleguen esas
bendiciones, y es estar dispuestos a someternos a él en obediencia y luchar por
los tesoros espirituales así como luchas por las bendiciones materiales. Él no se dará por
vencido como dice su Palabra “Estando
persuadidos de esto, que el que comenzó en nosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”
Dios seguirá trabajando en ti para moldearte y finalmente puedas recibir esa
bendición real, porque te ama, y aunque sea dolorosa la herramienta que use
para hacerte crecer, cada una de ella cumple un propósito, cuando pienses o creas que tus
lágrimas y aflicciones jamás cesarán, es cuando Dios te dirá: Que sus bendiciones son nuevas cada
mañana, que sus ojos no se han
enceguecido para ver tu dolor, ni sus oídos se han ensordecido para escuchar tu
clamor, ni que su mano se ha
cortado para extenderla y te apoyes en él. ¡Dios no es el autor de la
muerte, es el redentor de la misma.
Jesús es nuestro salvador, no nuestro asesino o acusador!, y todo lo
que ha permitido lo ha hecho con un fin y es llevarte a su conocimiento y lo
veas cara a cara y pueda ser conocido como salvador,
proveedor y sanador que son las verdaderas
bendiciones de Dios para el hombre. Cuando estas en la abundancia material y sin Dios en la vida, oyes
hablar de él, y piensas que no es una necesidad en tu vida, porque
son tantos lo bienes que posees que te generan orgullo, altivez o soberbia y terminan alejándote
de Él y no te permiten verlo.
Cuando Dios te desprovista de lo material o tal vez de
tu salud comienzas a entender que solo la manos de Dios puede levantarte, y
cuando lo haga te levantará convertido en otra persona, y sabrás que las bendiciones
espirituales te conducirán a todas las demás porque serán las añadiduras por
haber luchado y atesorado la bendición espiritual que serán transferidas a
todas tus generaciones.
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