“Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe
y de la buena doctrina que has seguido” (1 Timoteo
4: 6). Pablo le aconsejaba a Timoteo que si les enseñaba a sus discípulos cómo
nutrirse con las Palabras de fe llegarían a ser buenos ministros de Jesucristo, y hoy esta palabra
llega a nosotros para que conozcamos la importancia de una buena nutrición y
así crecer sanos, para ser fieles ministros de Jesucristo.
La calidad
vida de una persona físicamente se basa literalmente en lo que come, o deja de
comer y dependiendo de esto le aportará las calorías y energías para que el
cuerpo pueda alimentarse y nutrirse excelentemente y no se enferme y muera. De
lo que comas sea mucho o poco dependerá en gran medida que tu organismo tenga
los nutrientes esenciales para que el proceso celular se realice adecuadamente
y seas una persona sana.
La buena
salud está relacionada como antes dijera con una buena nutrición balanceada,
hoy el índice más alto de muertes se debe a la mala alimentación ya sea por
excesos o por la falta de ellos, los malos hábitos alimenticios deterioran la
salud, y la ingesta de comidas no adecuadas (chatarra) pueden llevar a
una persona a la muerte, porque la mucha
grasa tapona las arterias y esto te puede conducir a un infarto.
Así como
las persona se eximen de comer ciertas clases de alimentos que deterioran su
salud, de igual manera debemos ser cuidadosos con lo que nos alimentamos
espiritualmente para no entorpecer el desarrollo normal del crecimiento a una
vida espiritual exitosa, en lo que vemos,
oímos,
hablamos,
los lugares
que vamos, con quien nos relacionamos. Una persona
que desee destacarse en cualquier deporte
debe someterse a una disciplina con horas de entrenamiento, se eximen de
comer ciertos alimentos, separados en concentraciones etc., de igual manera se
aplica para los artistas y músicos, porque nadie logra la excelencia en ningún
campo sin una disciplina rigurosa y sin la disposición de hacer grandes
sacrificios para lograr las metas propuestas, Pablo hacía referencia que el “Ejercicio Corporal para poco es provechoso,
pero la piedad para todo aprovecha, pues tiene promesas de vida presente
y de la venidera” (1 Timoteo 4: 8), él hacía ilustraciones tomada de
los deportistas para ayudar a los lectores entender el punto central de su
mensaje, los deportistas deben atravesar barreras físicas y obstáculos
difíciles que están dispuestos a superar por ganarse un primer lugar y un
trofeo terrenal que tiempo después ya no tendrá demasiado valor, más el que se
esfuerza por ocupar un lugar de privilegio en el señor con una buena nutrición
espiritual ejercitando sus músculos espirituales lo hará para una corona
incorruptible que no le será quitada y le servirá para ejercer autoridad y
poder para enfrentar principados y potestades, por esta razón cada cristiano
debe prepararse para destacarse en su vida espiritual.
Si no
estamos sometidos a una buena nutrición espiritual nos debilitamos y nos
convertimos en cristianos raquíticos exponiéndonos a las enfermedades y virosis
espirituales que nos mantendrán sin fuerzas para la batalla y así al enemigo le
será fácil derribarnos. El ser humano no solo está compuesto por alma y cuerpo, tenemos una vida espiritual que alimentar y
tendremos que hacerlo de una manera adecuada para obtener una salud excelente y
la victoria. Hoy la gente procura satisfacer (alimentar) las necesidades de su
alma y cuerpo que son los sentidos (Vista, olfato, oído, gusto y el tacto), y
esto les llena su parte humana (vida carnal), y su vida espiritual que es la
más importante pasa a un segundo lugar.
Jesús siempre nos enseñaba la importancia de
llevar una salud espiritual excelente en Mateo 4: 4 dice: “Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre,
sino de toda Palabra que sale de la boca
de Dios” aquí Jesús se refería que el alimentarse físicamente era bueno
para la vida del hombre, pero le era necesario
e imprescindible alimentarse
espiritualmente con la Palabra que salía de la boca de Dios (Las
Escrituras) para tener una nutrición
espiritual exitosa.
Nuestra
vida es más que solamente fisiológica, hay una vida espiritual que debemos cuidar y proteger celosamente porque de ella dependerá la (Autoridad, unción y poder)
y sobre todo tu pasaporte a la
eternidad. El cuidar tu cuerpo físico te llevará a una buena calidad de
vida terrenal que te servirá mientras vivas en esta tierra y después ya no
tendrá valor, pues tu cuerpo será comido por los gusanos por muy fuerte y
saludable que lo hayas tenido, eso no te exonerará de la muerte, pero cuando
has procurado y esforzado en llevar una buena nutrición espiritual será de
beneficio no solo aquí en la tierra, sino para adquirir la vida eterna. El
mismo Jesús nos los reveló a nosotros diciendo: “Yo soy el pan vivo que
descendió del cielo; si alguno comiere
de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual
yo daré por la vida del mundo” (Juan 6: 51).
Esta
palabra que Jesús habló no la entendieron sino que escandalizó a los oyentes y
contendían entre sí, no podían discernirla les era duro hacerlo, por ello el
mismo Jesús les Dice: ¡Esto os ofende! “Porque mi
carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que coma mi carne y beba mi sangre, en mí
permanece, y yo en él” (Juan 6: 55), para muchos no era fácil digerirlo,
ellos no eran lo suficientemente maduros para interpretarla, en 1 Corintios 2: 14 dice:
“Pero el hombre natural no percibe las
cosas que son del espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente”. Lo que Jesús hacía era comparar su Palabra con el
alimento espiritual, y el hombre entendiera la importancia de tener una buena
alimentación (Nutrición espiritual) para poder permanecer en él y él en
nosotros y de esta manera crecer sanos y desarrollarnos para tener
discernimiento y revelación de su Palabra.
Para que
pueda haber una buena nutrición espiritual el cristiano debe comer el pan
vivo (Jesús) a través de su Palabra. La pobre nutrición espiritual en
los cristianos hoy es el enemigo más poderoso que está destruyendo al pueblo de
Dios y éste infortunadamente no está apercibido, por esta razón muchos años
atrás Oseas lo manifestó “Mi
pueblo fue destruido porque le faltó conocimiento” (4: 6). Ellos habían olvidado la ley de Dios,
no habían nutrido sus vidas espiritualmente y esto los llevó a la derrota y
destrucción total. Cuando una persona no se nutre adecuadamente en su vida
espiritual está impidiendo su crecimiento y la capacidad inmunológica para
resistir los virus y enfermedades espirituales como el desánimo, la depresión,
la falta de fe, el temor y la derrota, que pueden llevarte a la muerte no solo espiritual
sino lamentablemente a la física, porque una depresión te puede llevar al
suicidio. Jesús siempre alertaba a sus discípulos
y todos aquellos que lo seguían diciéndoles: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha;
las palabras que yo hablo son espíritu
y son vida” Juan 6: 63).
Si las
palabras que salen de la boca de Dios son alimento para nuestra alma y
espíritu, cuál es la razón por la que no buscamos la llenura (nutrición) necesaria para
fortalecernos, sino que le damos prioridad a la carne o sea (comida chatarra)
que destruyen e impiden nuestro crecimiento espiritual quedando así vulnerables
a las enfermedades o virosis que nos impiden tener la autoridad, unción
y poder en nuestras vidas. Mi
pregunta hoy es: ¿Te estás alimentando de
la Palabra que sale de la boca de Dios, o por el contrario te estás alimentando con las algarrobas que
el diablo ofrece Como son la gritería, pornografía, adulterio,
fornicación, inmundicias, idolatrías, borracheras,
pleitos, resentimientos, iras,
envidias, y contiendas? la cual su palabra
amonesta que los que se alimentan de ellas no heredarán el reino de los cielos,
porque haciendo todas estas cosas inadecuadas alimentas tu apetito carnal y
cada día estos te pedirán más, y vivirás toda una vida cristiana mediocre.
Por esta
razón muchos cristianos cuando van a la iglesia o a su palabra llegan sin
hambre porque vienen llenos de la comida que sirven en el mundo toxicas y nocivas,
de sabiduría humana como son las vallas
publicitarias sugestivas, revistas
de hombre y mujeres desnudos que contaminan tus ojos, viendo pornografía por internet, las novelas que muchas de ellas
están llenas de adulterios, pecados sexuales, homosexualismo
que el mundo y algunos cristianos se
deleitan en ellas porque lo ve como
natural, de esto llenas tus ojos que son la lámpara de tu cuerpo. La ingesta de
estas comidas (Chatarra) los debilitan y esto no les permiten avanzar en su
crecimiento espiritual y se preguntan por qué están derrotados, los ves por
años detenidos en una misma estación de la vida sin progresos, ni cambios espirituales, económicos
o físicos,
estas personas han decidido agradar más sus apetitos carnales que alimentarse
de su palabra y la oración para que de esta manera puedan agradar al Dios.
Dios nos ha
llamado a llenarnos del conocimiento de su Palabra que es el alimento sólido de
su Evangelio para poder entender y discernir lo que
realmente anhela Dios para cada uno de nosotros. En Hebreos 5 nos habla acerca
de creyentes que teniendo el tiempo necesario para estar crecidos y nutridos espiritualmente,
aún son débiles o bebes alimentados con lechecita espiritual como lo dice
Hebreos “Porque debiendo ya ser maestros,
después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar
cuáles son los primeros rudimentos de la Palabras de Dios; y habéis llegado a
ser tales que tenéis necesidad de leche,
y no de alimento sólido. Y todo aquel que participa de la leche es
inexperto en la palabra de justicia, porque
es niño. Pero el alimento sólido es para lo que han alcanzado la madurez, para los que por el uso tienen los sentidos
ejercitados en el discernimiento del
bien y del mal” (Hebreos 5: 12 al 14).
Todo aquel
que se alimenta de las cosas que ofrece el mundo se desnutre y llega a
convertirse en un raquítico espiritual, así tenga años de caminar en el
evangelio, el tiempo no les garantiza su madurez espiritual, entonces le será
necesario beber leche como lo hacen los niños por su inmadurez, pero en tanto
quien se nutre con el alimento espiritual adecuado (su palabra, ayuno,
alabanza
y oración), alcanza la madurez para afrontar los desafíos de la
vida fuerte y tendrá el discernimiento para separar lo malo de lo bueno, y sus
sentidos (Vista, el olfato, oído, gusto) los someterá al señorío de Dios.
En este
pasaje de Hebreos 5, si lo analizamos, muchos se contentaron con los rudimentos
de la fe que es solo “beber leche”, mientras que el que
procuró robustecer su fe y profundizar su conocimiento en el Señor “pudo comer carne” porque estos se
prepararon y capacitaron en llevar una dieta espiritual sana. Las personas que
llevan una nutrición adecuada conseguirán un lugar de privilegio en el corazón de Dios, aquí en la tierra y en su reino eternal, y serán instrumentos
de Dios para grandes cosas, porque ya están capacitados para enfrentarse con
principados y potestades sin que el temor los paralice y los destruya.
Así como
los fieles de Corinto se habían convertido pero su nutrición no fue la adecuada
para crecer maduros, no lograron aplicar sus conocimientos en su vida, por eso
tenían problemas en su vida espiritual,
cotidiana e interpersonales por consiguiente
competían por ver quién era más “espiritual”. Igual lo vemos en
nuestro tiempo, compiten para demostrar quien tiene más poder o unción. Por este motivo Pablo no los podía considerar
“gente
espiritual” y sólo podía
hablarles como “niños” inmaduros para darle vianda fuerte, les habló como
niños de pecho con leche en vez de alimento sólido, estas personas no podían
digerir comida fuerte. 1 Corintios 3: 1,
“De manera que yo, hermanos, no pude
hablaros como a espirituales, sino como a carnales,
como niños en Cristo. Os di a beber
leche, y no viandas, porque aún no
erais capaces, ni soy capaces todavía” que triste condición la de estas
personas que pudiendo escoger la nutrición espiritual adecuada, prefirieron
quedarse estancados en su nutrición espiritual para ser tratados como a niños.
El que no
está nutrido adecuadamente con su Palabra no es capaz de recibir alimento
sólido para discernir las cosas espirituales, sino que han de ser tratados como
a niños, sin responsabilidades ni compromisos. Pablo decía que los
cristianos espirituales eran aquellos que son dóciles para aceptar sus fragilidades, errores y debilidades y sometían sus emociones al poder del Espíritu
Santo, una persona que no está nutrida adecuadamente actúa de acuerdo a su
razonamiento que es puramente humano, ellos en sus pensamientos y acciones
pueden tener las mejores intenciones, pero viven en sus limitaciones y sus
reacciones son humanas y de esta manera proceden y actúan.
Con
respecto al alimentarnos de leche y carne, el Apóstol enseñaba a los Corintos y
ahora a nosotros que es necesario que escuchemos y aprendamos del Evangelio;
les decía que ésta era la única manera de crecer y madurar en Cristo, porque
cuando somos nutridos con esta verdad (El Evangelio) crecemos sanos y bien
alimentados. Ahora bien, quiero que sepa que la leche y la carne son excelentes
fuentes de proteínas, las dos se consideran alimentos básicos y están en la
alimentación de muchas personas (adultos y niños), pero a pesar de su similitud
las dos son muy diferentes, la leche
es líquida, y la carne es
sólida, para comer carne es imprescindible los dientes para su
masticación y así tener una buena digestión y sea de beneficio; llevado al
plano espiritual gente madura y capaz de discernir su Palabra adecuadamente, en
tanto que la leche se bebe y es para niños inmaduros incapaces de recibir la amonestación
e instrucción
de Dios sin que se escandalicen u ofendan.
La carne no
se digiere con la misma facilidad, por ello los pediatras la recomiendan a
cierta edad cuando sus enzimas están en capacidad para digerir y pueda ser de
beneficio a un bebe. Las enzimas son proteínas o moléculas que ayudan a que las
reacciones químicas ocurran con mayor rapidez, ellas ablandan las carnes y
cortan las proteínas tal como lo harían un par de tijeras. Si a un bebe recién
nacido le diéramos a comer carne se enfermaría y podría morir mientras que en
un adulto es de provecho. Hay otra diferencia de la leche con la carne, la
leche se puede tomar sin ser añadida con nada
y su sabor es agradable, la carne
necesita estar bien cocinada
y sazonada para que sea
agradable y saludable a las personas. Si
lo llevamos al plano espiritual su diferencia radica en la forma en que son
preparadas, pues son muy diferentes entre sí. Un bebe espiritual tampoco tiene sus
enzimas en capacidad para digerir la palabra, tendremos que ayudarle con
discipulados enseñándoles el amor,
la gracia, el perdón y la misericordia de Dios y no se le exigirá pues está
aprendiendo y capacitándose para llegar a ser adulto. Más una persona adulta o
madura espiritualmente, ya podrá ser alimentada con vianda y se le exigirá que esté
bien cocinado (instruido) y bien sazonado (Unción, poder y autoridad),
para ser efectivo en el evangelio y aprobado por el Señor.
El Apóstol
Pedro años atrás aconsejaba a los creyentes “Desead
como niños recién nacidos, la leche
espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación” (1 Pedro 2: 2). Una
excelente nutrición tiene que comenzar aun desde que estamos en gestación y
luego cuando nacemos debemos continuar con ese
mismo cuidado nutricional para crecer
saludables y ser exonerados de enfermedades mortales, de igual manera en
la vida espiritual debemos comenzar una buena nutrición no adulterada para
crecer firmes sin desmayar, con una buena doctrina y así crecer para la
salvación (la vida eterna), y no nos estanquemos en el desarrollo de la vida
cristina, cuando somos bebes espirituales es necesario comenzar la nutrición
con leche no adulterada para no extraviarnos,
y cuando lleguemos adultos estemos aptos para la comida sólida que nutre o sea “la carne” y así enfrentar los
desafíos de la vida.
Efesios 4:
14 dice: “Para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de
todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar
emplean con astucia las artimañas de error”. En este pasaje también se nos
enseña que cuando una persona no ha sido alimentada adecuadamente en su área espiritual
fácilmente puede ser engañada por cualquier doctrina, pues el enemigo se
aprovecha de esto y no le será difícil engañar para apartarlos de la verdad,
por ello no podemos perder de vista que antes de entrar en luchas espirituales
es necesario estar nutridos y capacitados con una buena alimentación espiritual
para cuando venga alguien con una doctrina de error automáticamente podamos
discernir la mentira de satanás y no apartarnos de la verdad, de lo contrario seríamos
engañados; él no duerme y conoce a aquellos que no se nutren día a día adecuadamente, por
esta razón necesitamos estos alimentos básicos para crecer con su conocimiento
y revelación de su Palabra.
Una buena
nutrición espiritual se basa en la Oración, la lectura de su Palabra,
la enseñanza,
la adoración,
apartados
del pecado, el ayuno y estar en su presencia,
este es el objetivo central de una dieta nutricional adecuada, en conocer a
Cristo mismo, y es necesario que diariamente
sea parte de tu vida y así llegar a ser un buen ministro de Jesucristo.
El libro de
Timoteo nos enseña “Porque el ejercicio
corporal para poco es provechoso”, nuestro trabajo arduo debe ser para ejemplo
de los creyentes en palabras, conducta, amor, espíritu,
fe y pureza. “Teniendo cuidado de ti mismo y de la
doctrina” (Timoteo 4: 16) porque persistiendo en esto, te salvarás a ti mismo y a los
que te oyeren. En este pasaje
vemos la importancia de muestra conducta en las palabras que declaramos, el amor que expresamos, la media
de fe que tengamos y nos vean
puros (santidad), porque con este comportamiento tendrás cuidado de ti
e impactarás a los que te rodean y ellos te querrán imitar, aunque algunos tomen
en poco esta Palabra y se preocupan más por ejercitar y cuidar su cuerpo mortal
que para poco es provechoso como le aconsejaba Pablo a Timoteo. Por esta razón
los que toman en poco esta palabra la viven de cualquier manera. Si cada
cristiano se preocupara por su nutrición espiritual no solo se salvaría, sino
que llevaría a otros a comportarse de una manera correcta para que también sean
salvos.
No podemos
negar que también debemos ser cuidadosos con nuestro cuerpo que el templo del
Dios viviente y no puede ser contaminado con cualquier comida, y vivirlo de
cualquier manera en 1 Corintios 3: 16, 17 dice: “¿No sabéis que sois templo de
Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le
destruirá a él”. Así que amados, puesto que tenemos tal responsabilidad
y promesas de Dios del cuidado de su templo (Cuerpo) y de una buena nutrición
espiritual, (Espíritu) limpiémonos de toda contaminación de la
carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios
(2 Corintios 7: 1). Guardemos un equilibrio con respecto a la alimentación
tanto física como espiritual porque de eso dependerá tu calidad de vida, y de ellas
tendrás que rendir cuenta a Dios.
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